- Exgobernador aseguró que la obra se ejecutó con fondos del GOREL, en corto plazo y con decisión del Consejo Regional.
El expresidente regional de Loreto, Robinson Rivadeneyra, se pronunció sobre la construcción del estadio Max Augustín y afirmó que esta obra fue una decisión adoptada por el Consejo Regional y ejecutada íntegramente con recursos del Gobierno Regional de Loreto durante su gestión, correspondiente al periodo 2003–2006.
Rivadeneyra precisó que la ejecución del recinto deportivo demandó un plazo de cuatro meses y doce días, con un presupuesto de 21 millones 400 mil soles, resaltando que el proyecto se culminó dentro del tiempo establecido y se convirtió en un referente de infraestructura pública en la región.
La exautoridad regional destacó el trabajo articulado del equipo técnico y de los obreros que participaron en la construcción del estadio, señalando que existió unidad y compromiso para cumplir con los plazos previstos. Indicó que ese esfuerzo colectivo permitió entregar una obra funcional y de impacto para el deporte loretano.
Asimismo, recordó que durante la ejecución del proyecto se produjo un intento de atentado por parte de un grupo sindical de obreros, distinto al actual, que habría intentado incendiar el estadio. Según relató, esta acción fue evitada por los propios trabajadores, quienes defendieron la obra y evitaron daños mayores.
Rivadeneyra enfatizó que durante su gestión no se registraron actos de corrupción en la construcción del Max Augustín, asegurando que cuando estas prácticas se infiltran en una obra pública, la autoridad termina sometida a intereses empresariales, situación que según afirmó no ocurrió en ese periodo.
En relación con los cuestionamientos actuales sobre la infraestructura del estadio, el exgobernador sostuvo que el proyecto original fue diseñado bajo criterios técnicos y con estándares adecuados para la época, permitiendo su uso continuo durante varios años.
Respecto al anuncio de un presupuesto aproximado de 60 millones de soles para la renovación del recinto deportivo, Rivadeneyra indicó que no puede emitir una opinión definitiva sin revisar el expediente técnico correspondiente, ya que cualquier evaluación debe sustentarse en información documentada.
Finalmente, recordó que el estadio Max Augustín fue concebido inicialmente para una capacidad de 25 mil espectadores, la cual se redujo posteriormente a 17 mil tras observaciones técnicas que exigieron dejar espacios libres por razones de seguridad, subrayando que estas modificaciones respondieron a criterios estrictamente técnicos. (K. Rodriguez)





