El antes y el después del partido de fútbol entre nuestra selección nacional y la de Australia, se cumplió como estaba programado, aunque el resultado no era lo que esperábamos, pero los campeonatos del balompié son así, sin lógica y por tanto con resultados sorprendentes.
Los especialistas ya han estado haciendo sus análisis desde los primeros segundos desde que terminó el partido y en una cosa casi todos coincidieron, los chicos dieron todo de sí, nada que reprocharles, así es el fútbol. Bueno, hemos madurado por lo visto, y nadie a arremetido a la mala contra todo el seleccionado.
Entonces, retomando la viada, queda solo desde ya ir mirando al próximo mundial de fútbol, claro que sí, pero como era de esperarse representantes de otras disciplinas deportivas reclaman mayor atención y apoyo, no solamente al juego de la pelota.
Pensamos que les sobra razón y tanto el Ministerio de Cultura como el Instituto Peruano del Deporte, tienen la palabra y vean las estrategias de como hacer que brillen tal cual se lo merecen muchos deportistas que representan al país y que nos traen medallas, todo calladitos, sin mayor realce público a la hazaña y la representatividad. Y por supuesto que también los compatriotas disfrutemos y nos sintamos orgullosos de esos logros.
Y un día después del difícil partido contra Australia, vuelva más sentida nuestra realidad social y política en un escenario donde el Presidente de la República, Pedro Castillo, ha brindado declaraciones a la televisión oficial de Radio Televisión Peruana – RTP Canal 7 y prácticamente ha rechazado hacerlo en otros medios de comunicación de Lima.
La tensión sigue entre el Ejecutivo y el Legislativo, se pudo captar también en las expresiones del Mandatario. El tema es que cada uno de estos poderes del Estado vienen generando una riesgosa polémica para la tranquilidad interna. Claro, alguien dirá de eso hace rato, el asunto es que cada vez se incrementa está situación.
Nadie dice, menos nosotros que los gobernantes nacionales son unos “santitos”, el problema es que los intereses políticos–partidarios unidos a los intereses económicos de grandes grupos de poder, producen estallidos, no hay forma de reconciliarlos.
Mientras el primer grupo no ve la forma de sacar del camino al Presidente, este se remite a que la fiscalía lo investiga y mientras no haya sentencia seguirá gobernando. Eso es lo más lógico, es lo democrático, además, hasta el presidente de Estados Unidos evidencia que lo entiende así, caso contrario no lo habría tenido con honores protocolares en su país, pero, esperamos que la cordura meta un gol de media cancha y podamos retomar la viada por el real desarrollo del país.