REPETIRÁN «BESO CONTRA LA HOMOFOBIA»

– Y ahora qué hacemos… ¿Ver, oír y callar y del mundo gozar?

Por: Luís Roldán Ríos Córdova rioscordova2010@hotmail.com

En Lima (Ciudad de alta pureza moral, a juzgar por las expresiones de horror vertidas por la periodista, Mónica Delta, al haber «descubierto» que en Iquitos hay prostitución infantil) se va a repetir «El beso contra la homofobia» frente a la Catedral de la beatífica Lima, Santa Sede Nacional, Meca de la decencia y la moral en el Perú; el hecho será en protesta y desagravio por la brutal represión de la policía contra algunos miembros del Movimiento Homosexual de Lima por andar dándose de besitos entre «hombres» y entre «mujeres» sin el menor respeto por el pudor  y la vergüenza pública o por lo menos por lo que la mayoría considera como moral.

¿Qué opinan de esto la ley, las Iglesias y la sociedad?  Más callados no pueden estar. Me refiero al hecho de darse besos apasionados en la boca entre mujeres o entre hombres a vista y paciencia de transeúntes de todas las edades. Una cosa es el pecado y otra, el escándalo, dice un adagio popular defensor del orden establecido.

Es cierto. La opción sexual no está reñida con la ley y el Estado debe garantizar la libertad de los ciudadanos.  Pero. ¿Dónde queda la ofensa al pudor, garantizada si no me equivoco por la Constitución cuando actos públicos como éstos ofenden la moral social?  No digo que  no lo hagan. Pero…ya pues…en público, no.   Escondidito, sí….

Entonces no tiene sentido que se detenga a parejas haciendo el amor en público cuando no hay para el hostal. Ni que se reprima a quienes protestan andando calato por las calles. Sin embargo, la sociedad lo reprime y la población lo aplaude, lo mismo tiene que hacerse con los besitos amorosos y públicos entre parejas homosexuales.

Yo no sé qué explicaré a mis hijos cuando vean esto… ¿Van a creerme cuando les digo que entre varones o entre mujeres no deben besarse en la boca? ¡Modernízate viejo cavernícola! Es lo que me van a decir. O vamos a hacer lo mismo cuando Jaimito pregunta a su mamá si entre hombres se embarazan. No hijito, no se embarazan. ¿Ya vez Pepito? ¡No te preocupes…sigamos!

Viendo esto, Lima ya no tiene que envidiar nada a  la bíblica Sodoma y Gomorra.

Indudablemente si esto se normaliza ya nadie se va a escandalizar, al final  nos vamos a confundir tanto que no vamos a saber si luchar en contra o unirnos al grupo… ¿Y el concepto de familia?… ¿Y la idea de hogar con mamá y papá?

Debemos cuestionarnos ya. ¿Hasta dónde la civilización y el avance cultural pueden conducirnos por caminos  equivocados en cuanto a conceptos sobre lo que es moral y lo que no lo es?  Se dirá que esta es una forma de evolución social, sí, pero de involución también, por si acaso, porque esto no es novedad, ya lo hacían en Sodoma, o en las calles de Pompeya. Ambos, castigados trágicamente según relatos bíblicos  ¿Coincidencia?…¡Sí!  Dicen los científicos. ¡No!  Dicen los idealistas.

Yo sé que nadie es culpable de su opción sexual porque nadie, luego de nacer, planifica ser homosexual, drogadicto o alcohólico, esto (hasta donde la ciencia conoce) presumiblemente ocurre por traumas durante la  primera infancia, es ajena a la voluntad cuyas causas exógenas son estrictamente psicológicas, motivo por el cual no podemos ir a la farmacia a comprar el fármaco adecuado para corregir una desviación de conducta, lo cual  se demuestra, a mi entender, -en el caso sexual- con el hecho de existir varones de poderosos brazos, impresionantes pectorales y  poblados bigotes por fuera, pero bien mujeres por dentro.

Por eso mi comadre decía: «Más seguro son esos telenshos, compadrito». (Telensho: En loretano,  varones que llegaron tarde a la repartición de masa muscular)

– Dios me perdone compadrito, yo no voy a aceptar para  yerno a ninguno de esos que le dicen metro sexual, para mí, o son honoris causa o postulantes al gremio. ¡Ay Dios! Dónde iremos a parar, no sé que ‘diíta’ diosito nos va a castigar como a Pompeya, Sodoma y Gomorra en la antigüedad; hace poco con el tsunami en Tailandia que acabó con más de 250 mil vidas y el huracán Katrina que ha destruido todo en una de las mayores concentraciones públicas de la voluptuosidad homosexual en EEUU…Por eso a mi Robertito cuando le he visto medio así… le he ‘ishangueado’ todo su qué… y le he hecho sentar en  agua caliente hasta que grite no aguantando la calentura…Su ‘taleguita’ se ha hinchado, ‘alaucito’…pero se ha arreglado mi varón, compadre.

– No comadre, la cosa no va por ahí, esto es muy complejo y delicado. Lo que pasa es que tu varón ha aprendido a tenerte miedo y ante ti ha optado por esconder su preferencia. Si se pretende corregir esto, el camino es otro, comadre.

Yy si existiera un gen gay?

Carlos Cuauhtémoc  en su texto «JUVENTUD EN ÉXTASIS», que es un tratado de conducta sexual para jóvenes, afirma que la homosexualidad no es una cuestión hormonal,  es una conducta involuntariamente aprendida, por lo que debemos entender que no nacen, se hacen, sin que la persona tenga conciencia de lo que le está ocurriendo; no hay evidencias (hasta ahora) de que exista un gen gay porque si lo hubiera éste no se desarrollaría. Dice Cuauhtémoc, que si las personas no se dedican, mediante actos específicos, a aprender las facultades que «heredan», o no encuentran las condiciones apropiadas, éstas jamás se manifestarán. En todo caso, reconocen los genetistas, que los genes sólo indicarían mayor o menor facilidad para desarrollar la característica.

Entonces no se puede culpar a nadie por su homosexualidad, ni tenemos derecho a juzgarlos, menos, a discriminarlos; pero sí a no estar de acuerdo con el libertinaje sexual moderno que alimenta la tendencia creciente de su práctica.

Cuauhtémoc, nos ofrece cuatro estereotipos para agrupar a los homosexuales varones:

1.-Los LLAMATIVOS.- Se maquillan y visten ropa de mujer, hacen uso exagerado de  gestos femeninos.

2.- Los MACHOS.-Amantes del fisicoculturismo, usan polos y  pantalones muy ceñidos.

3.- Los AMANERADOS.- Simulan voz fina y se mueven con delicados gestos femeninos.

4.- Los NO IDENTIFICABLES.- Parecen muy normales y casi no despiertan sospechas.

Bien. Tomando como consuelo saber que todos los loros son aves verdes, pero no todas las aves verdes son loros… ¿Dónde te ubicas cuñao?

Finalmente. El moderno libertinaje sexual no debe exigirse como derecho porque conduce a la sociedad por exageraciones que atentan contra el pudor y la moral pública. Los besos amorosos como expresión del derecho a ser homosexuales deben quedarse entre cuatro paredes.

Con el respeto que se merecen, todos tenemos que cuidar la inocencia de los niños y de lo que conocemos como pudor público, como un acto elemental de respeto a nuestra madre naturaleza.