Los reportes de las últimas semanas nos deben llamar la atención poderosamente, y es que se asegura que en los grupos de pandilleros están menores desde los 10 años de edad, seguidos de 12, 13, 14 y 15 y demás, que vienen ocasionando perjuicios y actos delictivos en barrios y zonas inundables que están habitadas.
Se evidencia que estos menores no tienen control desde sus padres, madres o tutores, y se encuentran prácticamente en abandono moral ante la sociedad, mientras que ni las autoridades policiales, ni Demunas de las municipalidades, ni la fiscalía de Familia, tendrían un plan conjunto para abordar este problema.
El tema es queda vez son más los menores de edad que en distintos sectores de la ciudad, sobre todo en la zona periurbana, vienen siendo protagonistas de enfrentamientos entre bandas, así como realizan robos, afectan infraestructuras de viviendas de madera, generan pánico en los hogares, y nadie dice nada sobre la intervención de estos casos.
Es lamentable que se espere una, dos o tres muertes, para recién reaccionar. Lo que se tiene que hacer es develar la verdad, si estas dependencias no cuentan con personal, ni presupuesto necesario, ni una alternativa para intervenirlos, se tiene que decir. Falta poco para que los habitantes de los hogares salgan a enfrentarlos con las mismas armas que ellos utilizan: machetes, armas artesanales, palos, fierros, etc.
Hasta ahora los vecinos están soportando y llamando a las autoridades para que actúen y puedan rescatara a estos menores y jóvenes que están iniciándose en el mundo de faltas y delitos. La pregunta es por qué en estos temas que tiene que ver con el capital humano de nuestra región no se preparan proyectos millonarios y lograr que rectifiquen sus accionar. Recuperar la inocencia de estos menores y que vivan su etapa como corresponde.
Así como necesitamos de infraestructura, también se debe invertir en la población, como en este sector juvenil que por diversas razones se encuentran vulnerables a actos contra en buen vivir. Es un clamor de los ciudadanos que casi todos los días tienen que esconderse para que las agresiones no terminen perjudicándoles más de lo que hasta la fecha ha sucedido.
Recuperar inocencia
