Es estremecedor escuchar versiones de personas desocupadas que viven por los alrededores de la ciudad, que están siendo “invitados” a trabajar en las dragas, es decir, en la minería ilegal que extrae oro en diversos ríos de la región Loreto.
Una mujer de alrededor de 40 años se mostró interesada y la persona que va captando o reclutando gente le dijo que tres meses no se podrá mover de la zona y que cumplido ese tiempo podrá regresar solamente una semana para luego volver a su labor, en este caso de cocinera para el puesto de la draga.
Además, que su pago será en pepitas de oro, y lo que, según esta versión, la hizo desistir de viajar es que le señalaron que en el lugar toman alcohol o alguna otra sustancia y que no se debe negar, como tampoco a tener intimidad (sexo) si le solicitaran, que es una situación “normal” para ellos.
Expresó su temor, más aún cuando ven que la vecina que se fue con su hija de 14 años a la zona del Alto Nanay, solo ella regresa y se va, más no ven a la muchacha. Y algo que les deja pensando junto a sus vecinos es que cómo en apenas en unos meses han arreglado su casa y comprado muchas cosas.
Se muestra muy tentador por las cosas materiales que se ven a la vista, pero hay personas que por muy humildes que sean saben conservar y actuar en base a valores como personas y como ciudadanas, sabiendo que esa actividad es ilícita y viene causando mucho daño al río, como en el caso del Nanay que en su cauce tiene hermosas playas que podrían verse afectadas, así como los albergues turísticos que se ubican en su recorrido.
En Loreto en general estamos como paralizados, mirando cómo se inicia en unos y continúa en otros el proceso de contaminación de nuestros ríos con mercurio, no solo es el Nanay, es el Marañón, es el Putumayo, es el Napo, es el Corrientes, etc. Cuándo vamos a reaccionar desde el nivel de las autoridades regionales y nacionales, porque la población viene cuestionando y exigiendo acción urgente.
El mayor riesgo en el caso de Iquitos es que nos quedemos sin agua para el procesamiento del agua potable para consumo de un aproximado de 500 mil habitantes, peor aún, con el probable cambio del curso del río que se podría alejar más y más para la captación del agua. Además de la afectación del mercurio en los humanos. ¿Qué estamos esperando? ¿Acaso no nos importa quedarnos sin agua? ¿Enfermarnos?, y también implica quedarnos sin peces. El tema es muy grave.
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