Cuando analizamos desde nuestras posibilidades en experiencia e intelecto sobre diversos problemas que aquejan a nuestra sociedad iquiteña y regional en general, al final de todo un proceso que nos lleva a posibles soluciones y estas soluciones no parecen darnos una alternativa real, viene a nuestra mente la frase ¿Qué hacer?
Pareciera que todo ya está dicho, que las normativas existen para cumplirlas y evitar tantas irregularidades, pero las mismas no se cumplen, o mejor dicho quienes tienen la responsabilidad de hacerlas cumplir desde el más alto nivel de gobierno, se muestran flexibles. Entonces se carece de una firmeza para encaminar los asuntos de tal forma que todos sigamos la línea de la legalidad en forma responsable.
Y qué pasa cuando esta flexibilidad también se muestra en las instituciones policiales, por ejemplo. Sucede lo que ha deslizado de una supuesta investigación de inteligencia policial, la misma que revelaría que delincuentes vinculados al crimen organizado estarían infiltrando a sus hijos en la Policía Nacional de Iquitos, para neutralizar su accionar.
De confirmarse, esto es grave y amerita una reacción inmediata en los interiores de la Policía de nuestra ciudad, porque así ninguna estrategia contra la delincuencia común y menos el crimen organizado tendrá un resultado exitoso. Habrá grandes e inexplicables escollos que ya se estuvieron dando como consecuencia de esta presunta infiltración.
Los infiltrados, presume el informe de contrainteligencia policial, serían quienes facilitarían el accionar delictivo de sus allegados, como la sustracción de municiones, armas, delatar información reservada, informar sobre las instalaciones e infraestructura de puntos vulnerables de los puestos de vigilancia de frontera para reducirlos y sustraer armas, como sucedió en los puestos de vigilancia “Yahuma” y “San Fernando”.
Se dice que de ello ya tiene conocimiento el Ministro del Interior y lo que tendrían que tener cuidado es en el trabajo de la Comisión de Procesos de Admisión de la Escuela Técnica Superior de la Policía Nacional del Perú, que no estaría dando estricto cumplimiento a las normas y directivas emanadas por el ente superior de la institución policial.
Trascendió que en lo que estarían fallando es en la investigación especial a los postulantes y sus progenitores que muchas veces poseen antecedentes penales y judiciales vinculados con el crimen organizado, narcotráfico, asalto a mano armada, entre otros. Serio, muy serio. Claro, los chicos no tienen la culpa, pero son normas policiales rígidas que se tienen que cumplir por razones bien sustentadas.