Por: Ezequiel A. Alvarado Guevara
Si alguna vez Cristo lloró al entrar en Jerusalén, por la maldad que encerraba en sus entrañas ese pueblo, también algunas autoridades al pisar las tierras de Purús, derramaron sus lágrimas, no por sus maldades, sino por su abandono y la indolencia que es objeto por parte de quienes, teniendo en sus manos su progreso y desarrollo, se mantienen al margen de su triste realidad.
Puerto Esperanza, capital de la Provincia de de Purús, es una soledad. Sus hombres caminan por sus calles, pensativos, como perdidos en su lamentable realidad. Este pueblo está situado a orillas del río Purús. Aguas poco profundas. Navegables solamente por pequeñas embarcaciones. Su recorrido se extiende por el sur del territorio brasilero.
Aproximadamente 35 comunidades nativas pueblan sus orillas, entre ellos, los cashinahuas, sharanahuas, mashtanahuas, etc. Todas en condiciones extremadamente precarias. Cada comunidad habla un dialecto diferente con una mezcla de castellano y portugués. Los nativos viven de la pesca y la agricultura. Solamente practican esta última actividad para su subsistencia. La agricultura no es fecunda. La influencia del fuerte clima cobra su precio. No se ven frutas en cantidades como en otros pueblos de la selva. No hay tecnología. La Agencia agraria sólo se dedica a controlar la extracción de la madera.
Puerto Esperanza es un pueblo que no tiene acceso más que por vía aérea, por intermedio del Grupo Aéreo No. 8 de la FAP, que lo realiza periódicamente y cuando los aviones están en buenas condiciones. Es un pueblo que no tiene comunicación terrestre ni fluvial. Cuando el Grupo Aéreo suspende su vuelo, los productos de primera necesidad empiezan a escasear, como el arroz, (S/.4.00 kilo), el azúcar, el aceite, cuyos precios se elevan al triple de su costo normal.
Carlos Tubino, congresista de la República, conocedor de la zona y quién ha experimentado las calamidades que sufren estas comunidades, viene luchando contra los poderosos y soberbios capitalistas que tienen intereses ocultos, quienes se oponen tenazmente, inventando una serie de argumentos infundados en contra de la construcción de su carretera: Puerto Esperanza e Iñapari de 227 kilómetros.
Se dice que Emilio Montes, presidente de la Federación de las Comunidades Nativas de Purús, afirmó que la mayoría de estas comunidades rechaza la construcción de esta carretera. No es cierta esta afirmación. Nadie va a creer que una carretera que une varios pueblos acarrearía atraso en su desarrollo. Lo que ocurre es que de Emilio Montes se dice que viene recibiendo sobornos para hacer afirmaciones contrarias; pues él, no es todos los miles de nativos y mestizos que pueblan la zona. Además esta necesidad viene siendo postergada desde más de 20 años.
La no construcción de esta carretera, favorece a los comerciantes inescrupulosos, quienes triplican el precio del producto. La construcción de esta carretera favorecería la tala legal de la madera, porque si bien es cierto la Agencia Agraria de Purús controla esta actividad, solamente lo hace al 20 por ciento, el resto se queda sin control debido al difícil acceso a la zona.
Soy testigo ocular de haber visto cómo se mueven grandes cantidades de dólares en maletines que llevan a Puerto Esperanza los compradores inescrupulosos. El rico cedro de la región de Purús es introducido en las enormes panzas del avión «charter» que contratan los grandes comerciantes. Hace un poco más de 10 años cuando estuve en la zona, el precio del pie del preciado cedro era de 40 céntimos comprado en Purús y puesto en Pucallpa era de cuatro soles. Es decir, una ganancia astronómica que obtiene el ilegal comerciante.
Le decía al Ingeniero Rojas, que con la construcción de la carretera, este pueblo podría cambiar, los nativos dejarían de ser una especie de autómatas o vagabundos que caminan sin rumbo por este pueblo. Ya no tendrían que viajar los alumnos por vía aérea a Pucallpa para continuar sus estudios de secundaria, porque aquí solamente enseñan primaria.
Los servidores como maestros y empleados, no tendrían el malestar de conseguir 400 soles para gastar en pasaje por avión hasta Pucallpa para cobrar sus haberes en el Banco de la Nación y solamente gastaría unos 15 soles. La urgente necesidad de llevar enfermos y accidentados al hospital de Pucallpa, desaparecería porque la atención sería oportuna y dejarían de morir abandonados por ausencia de un médico especialista. Los ambientalistas y la ONG Global Witness, solamente buscan su provecho personal, amparándose en la oscura mentira que la proyectada carretera sería un fracaso su construcción.
Con el propósito de que esta carretera se hiciera realidad, en el año de 1997, se formó el Comité de Autoridades de la Provincia de Purús, al cual tuve el placer de presidir. El Comité remitió sendos memoriales a las diferentes instituciones estatales del Gobierno, solicitando la construcción de la tan ansiada carretera, pero todo fue inútil. A fines de aquel mes, por mantenimiento se suspendieron los vuelos del Grupo Aéreo No. 8, tres accidentados de gravedad murieron al no poder ser evacuados a Pucallpa por vía Aérea, única vía de comunicación.
Me pregunto, si habrá habido alguna vez algún poblador que dijera que la construcción de su carretera ha sido un fracaso. Todos sabemos que toda carretera genera desarrollo en su zona. Los pueblos se unen más estrechamente. Aumenta el trabajo. Se incrementa el turismo.
Ya es tiempo que los nativos dejen de andar perdidos en su soledad. Ya es tiempo que la civilización llegue a la zona de Purús. Es el momento que los opositores reflexionen, se olviden de los colores políticos y se forme un solo ideal para hacer realidad la construcción de su carretera.
Que irresponsable forma de opinar empleando datos desfasados e inexactos. Para solucionar todos los problemas de Purus usted propone carretera, pero es falso! Y lo demostraré.
Si el servicio de salud y educación de Purus establece hospital y sede universitaria en Puerto Esperanza entonces la necesidad de salir por emergencias o estudios disminuye.
Actualmente la tala ilegal de caoba es baja pero existe, con carretera lo mas probable es que almenos 4 especies se extingan.
La mayoría de productos de primera necesidad viene de
Brasil y no dependen de vuelos.
Solo el combustible proviene de Pucallpa en avion pero
El tránsito de droga es constante, con carretera esto se acentuará.
Los indígenas aislados y sus derechos humanos serían violados pues ellos viven en medio del trazo propuesto para carretera.
Los indígenas de Purus estan hartos de que no les consulten y de recibir insultos como coimeros, enganados, sin pensamientos, cabeza de huangana, entre otros.
El Ministerio de Transportes, Cultura, Ambiente, la Defensoria del Pueblo, autoridades locales y Regionales de Madre de Dios se han pronunciado en contra por ser inconstitucional el PL 1035.
En conclusión, Purus tiene que desarrollarse construyendo su propio modelo consensuado entre mestizos e indígenas. El medio de transporte de personas y mercancías debe ser el que no ponga en riesgo las riquezas de Purus como son biodiversidad y cultura, pero el PL 1035 de los Srs. Tubino y Piovesan es nefasta, desastroza, pro-maderera, pro-narco, pro-colonizadora, pro-minera.