POR: JUAN SOREGUI VARGAS.
LOS últimos informes económicos mundiales expresan que para que China no entre en crisis va a tener que crecer en gran parte, hacia adentro. Sus gobernantes se han decidido por un programa de inversiones al interior de su país, especialmente en construcciones. Esto les va a demandar millones de toneladas de minerales y metales que el Perú puede y debe ofrecer como materia prima de nuestra minería para no caer en la crisis económica que agobia a los europeos y norte americanos. Existe otro fundamento. China tiene las condiciones de energía y de infraestructura para producir de manera barata. Si nosotros queremos enviar una varilla de fierro no va a salir rentable y las empresas quebrarán. En el país oriental, una varilla de fierro costará, por poner un ejemplo, 2 dólares, en tanto, en nuestra nación las fábricas tendrá un costo de producción mayor, suponemos que 5 dólares, más el flete, impuestos en los puertos, etc. llegará a siete dólares, lo cual no es competitivo con lo producido por los chinos. La alternativa por ahora, es continuar comercializando materia prima, por supuesto, con una cuota para el mercado local. .
En nuestra región se ha tratado de envasar filetes de paiche y gamitana, con una infraestructura piloto, pero sin éxito comercial. Resulta que el envase, resultaba más caro que el producto fileteado y era y es imposible de competir con los precios de conservas de la costa o de la sierra. Además, la infraestructura de conservación no era ni es buena. No existían ni hay plantas de congelamiento o rayos ultravioletas para tener un producto de buena calidad. Aquí hay refrigerantes. Otro problema para producir un producto competitivo es que no hubo una buena y permanente energía eléctrica y barata. Porque sucedía que en tal momento había el apagón y adiós carne. Se tenía que prender un motor de contingencia, lo cual encarecía el producto. Ahora menos, pues, con la energía eléctrica que tenemos se pudre todo lo que se guarda y adiós producto con valor agregado.
En este contexto estuvimos leyendo y escuchando declaraciones de las autoridades regionales y madereros sobre la comercialización de madera con valor agregado, especialmente a Pucallpa. Supongo que se quiere obligar a comercializar a Pucallpa, madera hecha tablas, ripas de pona, láminas de topa, sillas, mesas, camas, etc. Pero, eso llevaría a la quiebra a algunas empresas que funcionan raspando el travesaño. Con esta energía cara y deficiente no se puede competir con los pucallpinos. Una tabla de cualquier madera costará puesto allá y producido acá, diez soles, pero, ellos pueden producir con la infraestructura que tienen y con la energía más eficiente y barata a cinco soles. Entonces como querer obligar a vender esta madera como valor agregado. Es como querer obligar a vender los excelentes peces que produce el consorcio de los agustinos de manera enlatada o seca salada y decir a qué precio va a vender. Ernesto Lozano diría que él puede vender a quien quiera y como más le conviene, amparado en la constitución peruana, que le indica que está en un régimen de libre mercado. Lo mismo que aducen los madereros. Por lo tanto, es mi punto de vista, es necio querer obligar a los madereros, sea quien fuera, a vender una madera con valor agregado muy oneroso. Además que nadie te compraría en Pucallpa. En tanto no se den las condiciones de una buena energía eléctrica y barata tendremos que seguir exportando madera de manera natural, como materia prima. Existe el biocontrabando, eso es cierto. Pero, para eso empresarios y gobiernos deben tomar las medidas de precaución para que no ocurra esto. Hoy, existen modernos sistemas de vigilancia y supongo que debe haber tecnologías para detectar de qué zona son. Esto daría trabajo a muchos profesionales para monitorear las zonas de extracción o de manejo de árboles forestales. Si se prohíbe esta venta de madera en trozas a Pucallpa, por qué no se prohíbe la venta de alevinos de paiche al mismo lugar y al extranjero, que además tiene sus connotaciones de conservación de nuestros recursos genéticos. En el 2000, el suscrito propuso un programa de reversión sexual para las crías de paiche, que tiene mucho éxito en la india y en otros países desarrollados, de tal manera que se exporta solo machos. No se recibió respuesta práctica alguna. Pero este es otro tema. Creo que es hora de concertar voluntades entre empresarios y gobiernos para luchar por un desarrollo sostenible con justicia social y respeto al ambiente. Hagamos como los chinos, crezcamos primero hacia adentro, con una buena infraestructura y una energía eléctrica eficiente y barata que nos haga competitivos.