- Este miércoles 4 de diciembre:
Este miércoles 4 de diciembre, la Corte Superior de Loreto ofrecerá la conferencia y presentación del libro: “Los Crímenes del Putumayo (Calumnias y Medias Verdades)”, continuando con la promoción de valores cívicos e identidad regional desde la difusión de la historia del Perú y de la Amazonía.
La enriquecedora jornada, abierta al público en general y de ingreso libre, está programada para las 6:00 p.m. en el auditorio de la Corte Superior (Av. Grau N°720), siendo expositor el juez de Loreto, Aristóteles Álvarez López.
En ella, se develarán pasajes de la historia de dicha época. Consta en fuentes primarias y con documentación acreditada, que la explotación del caucho en nuestro territorio fue la experiencia más significativa de peruanización en la Amazonía donde -más allá de las controversias producto de la desinformación-, cuenta su decisivo impacto en la territorialidad de Loreto y del Perú en su conjunto.
Pero más importante, las lecciones de este período siguen sin asimilarse, al atestiguar en la actualidad la desperuanización de la frontera de Loreto, siendo más crítico este fenómeno en la provincia del Putumayo, con más de 1,500 kilómetros de franja limítrofe en desprotección por una débil presencia del Estado.
Narcoguerrillas, expansión del narcotráfico, minería ilegal y criminalidad se posicionan en ese vasto territorio desconectado de la dinámica de desarrollo regional y nacional, por no contar con al menos una vía terrestre departamental que facilite a las Fuerzas Armadas y a todas las entidades públicas superar los más de 20 días de navegación fluvial para llegar a esta provincia.
Sépase que el despliegue logístico para un único operativo militar en la lucha contra el narcotráfico, donde se debe trasladar cargamento y personal, supera el millón de soles. Ello, por el elevado costo del transporte por río y el largo tiempo que toma llegar. Similar despliegue -a igual o parecido costo-, demanda a la mayoría de entidades estatales que requiere acercar los servicios públicos. Extraña pues, el persistente relego del gobierno de no conectar vialmente al territorio del Putumayo cuando facilitaría en cuestión de horas y a mucho menor costo toda intervención estatal, ya sea en seguridad policial y defensa militar, así como el transporte mismo de la población, abriendo oportunidades de desarrollo para sus habitantes.
Para una mejor contextualización, el conferencista abordará acontecimientos clave como la restitución de la Amazonía al Virreinato del Perú en 1802, y los conflictos fronterizos con Ecuador y Colombia que se sucedieron por un largo período, siendo que -en 1910- la situación internacional del Perú se agravó drásticamente y, precisamente, fue esta Fiebre del Caucho la que impulsó el proceso de peruanización en las zonas más vulnerables al riesgo geopolítico, como lo fue el Putumayo, que costó la vida de miles de compatriotas y, hoy, sigue en abandono.
ACERCA DEL LIBRO
La obra a presentarse es la reedición del libro “Las Cuestiones del Putumayo” de Julio C. Arana, bajo la denominación “Los Crímenes del Putumayo (Calumnias y Medias Verdades)”.
Bajo dicho título, Julio C. Arana publicó en 1913, su defensa hecha ante la Cámara de las Comunas inglesa en la Investigación abierta por los presuntos “crímenes” cometidos contra la población nativa de la cuenca del Putumayo.
Los cargos que se le atribuían obedecían a múltiples factores de orden geopolítico, económico, de competencia comercial, entre otros.
El período llamado de la Fiebre del Caucho en el Perú, comprende los años que van entre 1880 y 1914, aproximadamente. Fue un período de crecimiento económico y poblacional de diversos centros urbanos creados en siglos anteriores durante la labor evangelizadora y civilizadora de las “Reducciones” jesuíticas y “Misiones” franciscanas. De este período surgen a la vida política nacional muchas de las actuales provincias y distritos de Loreto.
FRAGMENTO: LA “FIEBRE DEL CAUCHO” Y LOS SUCESOS O “CRÍMENES” DEL PUTUMAYO
El aporte económico de la Amazonía a la recuperación del país, durante y después de la guerra con Chile, fueron decisivos. Por esta razón el gran historiador peruano Jorge Basadre otorgó a Iquitos el título honorífico de: “Ciudad de la República”.
Empero, también en este período durante los años 1907 – 1914, se desató una feroz campaña internacional contra los empresarios caucheros peruanos, particularmente contra Julio César Arana, a quien achacaron horrendos crímenes cometidos contra la población nativa del Putumayo y el Caquetá.
Para conocimiento de las nuevas generaciones loretanas, cabe resaltar que Julio C. Arana es una notable figura pública de la Amazonía del Perú, demonizada e incomprendida, de finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Seguramente en el futuro su imagen será revalorada y contextualizada en el tiempo que le toco vivir, esto es, un escenario de extremo peligro para los intereses geopolíticos del Perú de la época.
Una breve síntesis del caso Arana: Se le incriminaba ser responsable de grandes crímenes contra etnias nativas que poblaban territorios ubicados entre los márgenes de los ríos Caquetá y Putumayo. Sus detractores estimaban en aproximadamente 30,000 víctimas indígenas, cuyas muertes se produjeron en forma horrenda y sistemática, dentro del área de sus concesiones territoriales.
Sobre el caso se han escrito ríos de tinta por escritores serios, así como por charlatanes. También se hicieron novelas truculentas como la colombiana La Vorágine (1924), de José Eustasio Rivera, agente del gobierno colombiano, pagado para denostar contra los intereses peruanos. Este escritor reportaba periódicamente a dicho gobierno sobre el avance de su “trabajo” para recibir su estipendio; lo que está ampliamente acreditado.
También debe resaltarse el llamado Libro Azul Británico elaborado por el Comisionado de la Corona Inglesa Sir Roger Casement, quien se desempeñaba como Cónsul ingles en Belén do Pará (Brasil).
El Informe de este personaje está plagado de relatos salidos de su febril imaginación, procurando revivir su experiencia en el Congo africano; señalando hechos no comprobados (como los miles de muertes de nativos), para consignarlos como si lo fueran. En realidad, su trabajo se sustenta en dichos de súbditos barbadenses (semi esclavos, descendientes de esclavos traídos de África, que trabajan en plantaciones de caña de azúcar británicas), que fueron reclutados en la Colonia Inglesa de Barbados para cubrir la falta de mano de obra para cumplir tareas de seguridad en el área de explotación (en el Putumayo) de la empresa Peruvian Amazon Rubber Company. Esta empresa fue constituida en 1907 en Londres y Nueva York. A estos súbditos analfabetos les fueron atribuidos todo el imaginado retrato de barbarie construido por Casement para denostar los intereses peruanos.
El alegato presentado por Julio C. Arana, en la investigación abierta por el Parlamento inglés por los presuntos crímenes cometidos en el Putumayo, desmentía detalladamente cada una de las acusaciones y revela el complot urdido contra el Perú en un escenario de grave peligro para el interés geopolítico nacional.
La lectura de este trabajo contribuirá a tener una visión más amplia sobre un período de la vida nacional extremadamente complejo, según tenemos expresado.
Con todo respeto, el señor abogado debería revisar quizá el l extenso archivo fotográfico de la época. Resaltando que estos no son montajes o casos aislados. Interesante también que cuando medios independientes le piden su opinión sobre el tema, se rehúsa a declarar porque “no es de su competencia”.