Fernando Herman Moberg Tobies
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@FernandoMobergT
La vida y sus etapas, procesos en los cuales a veces somos ganadores y en otros aceptamos callados la derrota; la vida y sus misterios, suceden cosas que no logramos descifrar y las respuestas quedan a medias; nacemos, crecemos y morimos, todos conocemos dónde terminaremos, pero el estrés, la depresión y las manías no desaparecen y nos alejan de la tranquilidad, de la realidad, de gozar aunque sea algo de la vida.
Nacemos y nos direccionan al sistema económico que impone y gobierna, aprendemos de todo, bordeamos los excesos y a escondidas damos rienda a lo que no nos atrevemos a mostrar. Aprendemos desde pequeños a la doble moral, a la hipocresía escondida, a la negación perfeccionada, a las excusas que son utilizadas como estrategias para no recibir castigo y desde ahí se van construyendo ideas de que es necesario cambiar de versión o acomodar algo para salir victorioso.
Según la filosofía, si la persona se considera superior, si ha conseguido conocimientos únicos, si alguien se ve como un profesional de calidad, de trascendencia, diferente, no es posible ni justificable que participe del chisme o del intercambio de información no comprobada; si alguien se ha autoarealizado no debería exponer sus éxitos como fin para bajar el esfuerzo de otros, el ser humano está tan contradicho que termina ciego de sus propios defectos.
Cuando nos pillan una travesura en primera negamos, si no logramos convencer aceptamos el error y con la cabeza agachada; cuando una persona no está en nuestro delante le llenamos de adjetivos que cuando está frente a nosotros no somos capaces de hacerle escuchar lo que uno piensa.
No somos consistentes, cambiamos de versión según a lo que vamos a beneficiarnos, a ganar, y eso hace que el éxito sea a medias, que no lleguemos a la verdadera realización de la persona. Todos los que han marcado su paso en la historia han sido firmes con lo que pensaban, decían, actuaban y acabaron asesinados en sus mayoría por lo que defendían, y hoy en día muy difícil los seres humanos dicen lo que creen, peor si sus integridad peligra, si les dices que irán a la cárcel o que los van a matar, cambian sus ideas.
Amor es lo que todos buscan, desperdician y pierden sin darse cuenta. Es el sentimiento más amplio y complicado, el menos entendido y el más necesario, ya que dirige pensamientos y condiciona conductas.
Nos pasamos el tiempo esperando a que llegue alguien para hacer que nuestros días sean más interesantes, frustramos nuestras metas si no incluye estar acompañado, pero cuando conseguimos la compañía añorada, poco dura la lealtad, la palabra, el compromiso, no saciamos nuestros instintos básicos, no usamos la conciencia que nos dio la evolución.
Corremos jurando que ya hemos madurado nuestras decisiones que se sienten seguras con los nuevos aceiteros conseguidos, pero la estabilidad dura poco, es una frecuencia que desaparece como constante distractor, asumimos responsabilidades motivados y llenos de energía que se va debilitando cuando se vuelve rutinario, aburrido, sin mejoras.
Raras veces nos detenemos y analizamos en que andamos caminando, avanzamos tan cansados que hasta analizar resulta demasiado complicado. Lo que nos lastima por dentro muy poco lo tomamos con importancia, como nuestros ojos no cercioran el problema creemos que no pasa nada, y al final nos damos cuenta que sí importaba.