Fernando Herman Moberg Tobies
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@FernandoMobergT
Año nuevo, aumentan o disminuyen los defectos, nuevas promesas, sueños quebrados o avivados, lágrimas que nacen o se despiden de las emociones, año nuevo, vida nueva, espacio para recuperar los suspiros y esperar la piedad de la esperanza, la globalización avanza, la naturalidad disminuye.
Hay personas que no nos permitimos dejar, muchas veces no logramos explicar la necesidad de sentir sus presencia para tranquilizar quizás algo que no se sustenta con palabras, palabras que se contradicen con sentimientos que no son descifrados pero llenan los vacíos que se cargan en silencio intentando mantener la sonrisa en alto.
Hay decisiones que nos han llevado a la situación en la que estamos, pero debemos seguir a pesar del cansancio, a pesar de la injusticia que admiramos y tratamos de conquistar para ser servidos y seguir escalando, la sociedad nos sigue vendiendo el guion de la obra teatral que tenemos que aprender a escenificar para poder encajar y tener tal vez alguna mejor oportunidad, y nos perdemos con el tiempo, y el tiempo nos aleja de lo que queremos, y cuando realizamos alguna meta empolvada, solo quedan recuerdos que reviven por momentos.
El pasado tiene un poder interesante que muchas veces es tomado en cuenta como algo superficial, como a la mayoría de los sentimientos, cuando estos son la expresión de nuestras conductas en nuestro desenvolvimiento día a día, lo que reflejaría cómo pensamos y por consecuencia lo que somos, pero lo vemos como chistes o frases sin sentido, que ni las analizamos. Muchas veces no logramos entender y comprender cómo funcionamos.
No solo heredamos rasgos físicos – biológicos, con componentes químicos que influyen en la conducta que es alimentada por las personas que crían al nuevo ser, sino también logra influenciar potencialmente el lugar donde uno recibe su formación, influencia directa de la economía que conduce la actitud masiva, que va con la cultura y religión adquirida que derivan en las costumbres a las cuales estamos sometidos por la interacción con políticas internacionales, lo que después de tanto enrollo inconsciente que no nos interesa comprender, actuamos desorientados sin lograr saciar nuestra tranquilidad. Y no nos damos cuenta que justo acá esta la explicación de porqué los presidentes no invierten en mejorar la educación o darnos salud de calidad, porque una persona sana al cien por ciento, es una persona activa, y una persona activa es aquella que busca la fiscalización social y el bienestar común, y al comprobar que nuestras autoridades están en nada, podríamos levantarnos si de la par nuestra educación también fuese menos instructiva, domesticadora, y nos permitirán crear y ser autores de nuestra propia historia no manipulada, lograríamos conducir a un cambio trascendental a nuestra ciudad.
Olvidamos la evolución y toda teoría tiene su propia metodología para explicarla, cada vez la ciencia moderna sí impone a explicar todo, y no honramos de donde partieron las ideas, el poder de nuestra especie ha sido conquistada, arrancada de la estructura de lo que heredamos, escondida en algún lugar de nuestra mente por el consumismo que gobierna y se aprovecha de la información para sus ambiciones, la mayoría de los programas de televisión, no construyen, la publicidad en las calles conducen a una ansiedad que te aclama ser parte de eso, que llama y advierte que podemos ser rechazados si no lo tenemos, y someten a los desequilibrados a la delincuencia por falta de dinero, y en el otro grupo, los honrados lamentosos, los que trabajamos para poder acceder a la comodidad, se llevan todo nuestro esfuerzo consumido y tasado en menos de lo que sentimos que consideramos profundamente que valemos, o mejor dicho valen, los sacrificios y sufrimiento que se tiene que soportar para seguir continuando o conseguir las fichas del juego del sistema humano globalizado.
Nos encanta la división, nos aferramos a explicar algo desde nuestras ideas, percepciones, religión, carrera profesional, experiencia, y no podemos ser pacientes en investigar para entender, para comprender quiénes somos y de esa manera saber cómo dirigirnos de mejor forma hacia el éxito, que también se le siente lejano, metafórico, y que, a las finales, no tiene que agradar o ser aceptada por alguien, porque eres tú el que vive lo que piensas, y el que consigue lo que se propone.
Las grandes potencias no nos quieren dejar crecer, con sus refinados errores, censuran nuestro proceso de aprendizaje, y sobreprotegen hasta quitándonos lo que nos pertenece, creando estrategias de tratados y organizaciones del bien social, para preservar lo que a ellos los llevó al primer mundo y ya no lo tienen.
Si las niñas de menos de diez años siguen bailando canciones que lentamente van erotizándolas, los muchachos idolatrando a corruptos y mafiosos, este país y Latinoamérica, no lograrán su independencia total ni en treinta años, porque libre no somos, solo nos camuflaron la forma de mantenernos esclavos bajo sistemas por encima de nuestros gobernantes que venden sus almas por millones a las grandes potencias.
Estamos descarriados, aceptando sin pensar, actuando condicionados por nuestros ejemplos primarios, secundarios y los que siguieron marcando tus herramientas para sobrevivir, pero la solución es simple, explorar, no solo tu alma, sino el mundo, con sus procesos desde sus diferentes puntos de vista, y verás que lo que no conocías, no todo era erróneo, o que tus creencias no se podrían imponer como únicas reales, las palabras fueron creadas para compartir y no para criticar o censurar.
Es momento de que asumamos nuestro compromiso con nuestra especie, con nuestra realidad, con el amor a la familia con responsabilidad y respeto, y por el amor a nuestra propia tierra, y que dejemos más allá de millones en cuentas escondidas, dejemos el nombre y apellido que nuestros padres nos dieron con ilusión al momento de nacer, y que la historia recuerde que no tomos seguimos contaminados a pesar de la necesidad.
