Parecerá un libreto de ciencia ficción encarnado en una posible relación, de dos países de la misma raíz pero de diferentes sentimientos, dada la característica que identifica a cada uno de ellos, en cuanto a sus potencialidades y cultura.
Si, hablamos de nuestra patria el Perú, país pacífico y progresista pero siempre, desde su creación como República, envidiado por sus vecinos que pese ha haber logrado nombradía como estados libres, al igual que Perú, siempre ambicionaron territorios que nos pertenecían no solo por creencia de una titularidad que nunca se dio, sino porque en la zona sur y oriental su capital geográfico era de optima estimación y daba posesión a nuestro Perú en lo que ahora conocemos como la Amazonía.
Ecuador país norteño, creado en base a una gran porción de nuestro territorio, aprovechando nuestra etapa de recuperación después de una cruenta guerra con Chile, nos invadió y ocupó toda la franja amazónica ubicada en nuestra frontera, pasando desde ese momento a formar parte de la región amazónica internacional con la ocupación de Canelos y Sucumbios. Igual operación desarrolló Colombia, ocupando el Trapecio Amazónico usando malas artes.
Por último, retrotrayéndonos en el tiempo, debemos mencionar la infausta guerra con Chile, que aparte de la exacción de Arica y Tarapacá, además de la ocupación de Tacna, ha venido diseñando estrategias ofensivas contra el Perú; y para sorpresa de todos los analistas que conocen de las intensiones chilenas contra nuestro país, por la contrapropuesta del actual presidente de Chile al pedido de Alan García, ante los jefes de Estado y de gobierno de la Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE) de limitar el armamentismo en la región, fue respondida por Sebastián Piñera proponiendo formar con el Perú una fuerza armada conjunta, añadiendo que otro país que se sumaría a la propuesta sería Argentina.
La propuesta está dada, lo que no se borra del imaginario peruano en general es, hasta dónde es cierta la oferta de Piñera; Con Chile hay que tener cuidado, tengamos en cuenta que en estos momentos sostenemos un litigio de demarcación del mar territorial, precisamente por confiarnos en ellos al firmar un convenio de pesca, que ellos ahora presentan como un tratado de límites marítimos. Esperamos que nuestro presidente actúe con la perspicacia que le caracteriza, analizando con especialistas en el tema, toda la trama que tenga que conjugarse, si hay siquiera un mínimo e intención de aceptar tal controvertida propuesta.