Hace más o menos un lustro atrás, a raíz del resonante éxito del libro «El Otro Sendero» de Hernando de Soto, por primera vez se hizo expresa referencia a la presencia de los sectores populares que, como lo afirma el gurú de la economía nacional, protagonizan una importante participación en la vida económica y social del país, en términos de lo que los economistas denominan «el otro empresario»….. popular, informal e ilegal.
En una clara definición, De Soto hace referencia a la manera cómo se construye el país, asumiendo nuevos comportamientos y valores basados en la creatividad, laboriosidad, familiaridad, solidaridad y vida austera, como respuesta a los grupos de conflictos que ocasionan destrucción, pérdidas de vidas humanas y de recursos materiales del Estado y privados.
El surgimiento de este fenómeno debe ubicarse como parte del acelerado proceso que vive el Perú en los últimos 40 años, caracterizado básicamente por la creciente oleada migratoria de poblaciones provincianas que barajan sus aspiraciones para el mejoramiento de las condiciones de vida.
Lima viene sufriendo un proceso demográfico muy intenso, a tal punto que en la actualidad concentra el 37% de la población del país, lo que explica de cierta manera la feroz crítica hacia el centralismo, porque aglutina los aspectos políticos, económicos, sociales, educativos y culturales.
Los cambios fundamentales del nuevo rostro social de Lima y de las principales capitales de departamentos de la costa peruana, es el surgimiento del sector informal, para referirnos al conjunto de actividades económicas y laborales en pequeña escala que no se encuadran en los patrones de funcionamiento a nivel técnico productivo y legal, o sea en el sistema empresarial formal.
La particularidad de este trabajo, con los cambios que se ven a la vista, es que no solo modifican las relaciones políticas y económicas del país, sino que transforman los componentes étnicos-culturales históricamente definidos por la subordinación de la población indígena y nativa a los grupos criollos dominantes
Con ocasión de la elección del presidente Alan García Pérez, la participación de los sectores informales viene siendo decisiva, porque la plataforma política estrenada y asegurada por el hoy mandatario apunta a un re – perfilamiento y apoyo sostenido a este vasto sector que compromete al mundo globalizado.
Antes de ofrecer una visión de carácter étnico-cultural de las empresas populares que comprende el sector informal, hay que describir el proceso social y económico que da margen a responder el por qué de la presencia mayoritaria de este sector y laboral. Cosa que deberá hacerse de inmediato.