Para combatir la pobreza se precisa electricidad.

En el Perú conviven por un lado los pobladores urbanos que residen en la ciudad de Lima y otras ciudades capitales medianas y pequeñas; y por otro lado los pobladores rurales que residen en decenas de miles de poblados, caseríos y comunidades campesinas y nativas. Los pobladores rurales han sido y son los pobladores más pobres y abandonados. Hay un gran desconocimiento de la heterogénea realidad socioeconómica de estos ciudadanos rurales y  las decisiones que han tomado los gobernantes respecto a cómo luchar contra la pobreza y avanzar hacia su desarrollo sostenible, han sido desacertadas y discriminatorias en la generalidad de los casos.

Estas políticas y acciones o inacciones de gobierno a la larga han producido «externalidades negativas» muy perjudiciales.  Una de estas externalidades negativas ha sido y es la migración masiva del campo a la ciudad con las gravísimas consecuencias del hacinamiento en la ciudad capital y ciudades medianas y pequeñas y el abandono al campo.

Esta realidad no es exclusiva del Perú, estudios realizados por diferentes organizaciones internacionales muestran como resultado que esta dispar situación de los pobladores rurales se ha presentado y se presenta en muchos países del tercer y cuarto mundos afectando a más de 2 billones de personas que se encuentran en situación de pobreza y extrema pobreza.

Tal es el caso de los pobladores de caseríos, comunidades nativas y hasta distritos y provincias de la Región Loreto ubicados en los mapas de la pobreza y extrema pobreza. Podríamos decir que Loreto se compone de la ciudad de Iquitos y por otro lado de alrededor de 3000 poblados rurales. En la misma ciudad de Iquitos los niveles de pobreza y extrema pobreza son más que alarmantes. En el ámbito rural la situación de extrema pobreza es generalizada. Ni el Estado, ni la inversión privada ofrecen oportunidades de empleo. Prácticamente todo es autoempleo de subsistencia basado en la caza, pesca y recolección.

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«La Energía después de Río» -estudio preparado por PNUD y otras organizaciones internacionales- muestra la crítica relación entre Pobreza, Electricidad y Desarrollo. Este Estudio fue publicado en 1997, cinco años después de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro.  En este Estudio se repite reiteradamente que es imposible luchar contra la pobreza sin contar con suministro de electricidad, que es imposible el desarrollo sin disponer de servicio de electricidad, que los gobiernos del mundo siempre que han diseñado sus programas de lucha contra la pobreza han olvidado el tema de la electrificación -rural, cayendo en  políticas asistencialistas que resultan siendo más ineficientes.

Y es que la Electricidad no es un tema sectorial de Energía, sino un tema multisectorial de Desarrollo. Veamos como la electricidad está presente en casi todas las actividades de los miembros de las familias. Los pobladores rurales tendrían alimentos más seguros si éstos se conservaran refrigerados, previniendo enfermedades gastro-intestinales que muestran altos índices de mortandad.  Asimismo, con el suministro eléctrico, los pobladores rurales tendrían acceso a mejores servicios de salud que permitirán el funcionamiento de los microscopios y la conservación de medicinas y vacunas refrigeradas en las postas médicas rurales.

Un comentario sobre “Para combatir la pobreza se precisa electricidad.

  1. Está muy acertado el artículo al identificar la falta de acceso a la energía eléctrica como una grave barrera que está impidiendo el desarrollo de las zonas rurales. Y hoy existe tecnología para salvar la dispersión de las viviendas rurales y usar sistemas fotovoltaicos domiciliarios que eviten el alto coste de las redes para zonas remotas y de dificil acceso.Pero para ello es necesario que la electrificación rural no convencional tenga un tratamiento económico equivalente a la extensión de redes. No es comprensible que un usuario de redes se vea beneficiado por el FOSE mientras que un usuario de sistemas fotovoltaicos, que será más pobre al vivir en zonas remotas,no pueda acogerse al mismo tipo de ayuda.
    Serán necesarios importantes cambios del marco regulatorio para que los más desfavorecidos puedan acceder a los servicios básicos de electricidad.

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