Escribe: Luis Alfonso Pinedo Piña (luisalfonsopinedo1962@gmail.com)
En verdad, al escribir este artículo, me invaden algunas curiosidades. Sin caer en el extremismo de aparecer como un personaje anti Ministerio de Educación, como educador y críticamente, debo expresar mis puntos de vista sobre lo que se publica y se dispone para su aplicación en las instituciones educativas, con quienes me identifico, porque vivo a diario sus pesares y la lucha constante de los maestros que trabajan allí por hacer mejor su trabajo.
Cuando en el 2008 el Ministerio de Educación publicó el Diseño Curricular Nacional, aprobado mediante Resolución Ministerial N° 0440-ED, a decir de sus hacedores, este era un documento inclusivo, significativo y que respondía a la diversidad socio cultural y las exigencias de este siglo, y que respondía a lo planteado en el Proyecto Educativo Regional, cuyo lema, hasta ahora es «La Educación que Queremos para el Perú».
Han pasado ya más de siete años y los giros y revolcones que han dado los expertos sobre este tema, con la complicidad del Consejo Nacional de Educación, son muchos. Desde hace algunos años se ha venido impulsando el famoso Sistema Curricular Nacional con sus tres componentes: Marco Curricular, Mapas de Progreso y Rutas del Aprendizaje. Del primero, se sabe que se paralizó en su cuarta versión. Del segundo, IPEBA ha ido publicando varias versiones modificadas. Del tercer componente, se tienen evidencias que se han publicado y distribuido en las instituciones educativas a nivel nacional, dos versiones anteriores. La última versión 2015 de las Rutas del Aprendizaje, la vienen utilizando los maestros con bastante limitación. En ellas se incorporaron los Mapas de Progreso (estándares), nuevas competencias, capacidades e indicadores de desempeño.
El 25 de marzo del 2015, mediante Resolución Ministerial N° 199-MINEDU, se modifica parcialmente el Diseño Curricular Nacional existente respecto a las competencias y capacidades de algunas áreas curriculares, e incorporan indicadores de desempeño para cada grado, regularizando de esta manera estos elementos del currículo que ya traían las Rutas del Aprendizaje versión 2015.
El 02 de junio del presente, mediante Resolución Ministerial N° 281-2016-MINEDU, se aprueba el nuevo Currículo Nacional; se dispone su implementación a partir del año 2017; se dispone a los órganos desconcentrados, a realizar acciones de capacitación y se deja sin efecto a partir del 1° de enero del próximo año el Diseño Curricular Nacional. Para muchos, que sólo están acostumbrados a obedecer fielmente lo que ordena Lima, esto puede significar un avance; para nosotros, es una más de las imposiciones a que nos tiene acostumbrados nuestro Ministerio de Educación. Los maestros aún no asimilan todo el «nuevo paquete» de modificaciones del 2015 y el 2016 y ya nos muestran un «nuevo currículo»… ¿Para cuánto tiempo?
En la presentación de este importante documento se manifiesta lo siguiente «El Currículo Nacional es la base para la elaboración de los programas y herramientas curriculares de Educación Básica Regular, Educación Básica Alternativa y Educación Básica Especial, así como para la diversificación a nivel regional y de institución educativa. Asimismo, el currículo es el elemento articulador de políticas e iniciativas de mejora de la inversión, la gestión y el fortalecimiento de capacidades del sector, infraestructura y renovación de los espacios de aprendizaje, recursos y materiales educativos, política docente y evaluación estandarizada«; es decir, prácticamente es «todo».
Este Currículo Nacional, precisa consideraciones para su diversificación. A nivel regional, sugiere que se incluya necesariamente las competencias del Currículo Nacional para garantizar que, el estudiante logre los aprendizajes esperados del perfil de egreso de la Educación Básica. Nos autoriza también a contextualizar las competencias; es decir, aportar información pertinente sobre la realidad regional en base a estudios previos, según las características de los estudiantes y de sus entornos geográficos, económicos y socioculturales en cada realidad regional y local. Asimismo, nos autorizan a incluir nuevas competencias pertinentes a las características específicas, necesidades y demandas de los estudiantes, en función de sus entornos socioculturales, lingüísticos, económico-productivos y geográficos, considerando los siguientes criterios: Responder a necesidades y demandas de los estudiantes de una región a las que este Currículo Nacional no responda, basarse en el enfoque del currículo, articularse al perfil de egreso de la Educación Básica y construir estándares de aprendizaje que permitan evaluar la competencia y describir desempeños por grados. Finalmente, nos permite evidenciar el respeto a la diversidad y a la persona con discapacidad, talento y superdotación, considerando lineamientos generales para la inclusión, la interculturalidad y el bilingüismo.
En resumen, nos están dando las pautas para construir nuestro Currículo Regional, a partir del Currículo Nacional, tomando como premisas los elementos que lo sustentan pedagógicamente, contextualizando los aprendizajes o incorporando aquellos que se consideren pertinentes con las características de sus estudiantes, en relación a sus contextos, socioculturales, lingüísticos, económicos, productivos y geográficos propios de cada región. Para la aprobación de este Currículo Regional, se requiere preparar una versión preliminar que permita la revisión por parte del Ministerio de Educación y contar con la opinión favorable del mismo.
Respecto a las regiones que ya cuentan con Currículos Regionales, que son pocas, se ordena que estos deben ser actualizados en relación a los ajustes realizados al Currículo Nacional. También, se dan una serie de recomendaciones para diversificar el Currículo Nacional y el Regional a nivel de las instituciones educativas públicas y privadas de la Educación Básica Regular, adecuaciones curriculares en la Educación Básica Alternativa y Educación Básica Especial.
Como se puede notar, se evidencian avances significativos respecto al clamor expresado siempre por las regiones, sobre la imposición que se hacía desde el Ministerio de Educación, obligando a que cada región y cada institución educativa, a trabajar con un Currículo único a nivel nacional. A pesar de que se daban las pautas para que las escuelas y los maestros diversifiquen el mismo, muy pocos eran los que estaban capacitados para hacerlo.
Como región, hoy tenemos dos retos. El primero, el de conformar un Equipo Curricular Regional que esté integrado por profesionales con los conocimientos requeridos para construir nuestro Currículo Regional. El segundo, que los maestros hagan práctica de construcción curricular y construyan sus Proyectos Educativos Institucionales y, sobre la propuesta pedagógica de este instrumento, se construyan Los Proyectos Curriculares de sus Instituciones, que permitan incorporar los saberes, conocimientos, y valores de un determinado contexto social, histórico, político, cultural y ambiental, promoviendo el desarrollo pleno de sus estudiantes y la posibilidad de desenvolverse de manera óptima en su entorno inmediato y en el mundo globalizado.