Necesitan de medicinas para calmar dolores de 17 pacientes con VIH

– Casa ‘Algo bello para Dios’
– Joven de 25 años dio testimonio de lo que ocurrió con él. P1210494

Ayer en la mañana se pudo llegar hasta el local de la mencionada casa ubicada en la Av. Mariscal Cáceres, que actualmente alberga a 17 personas con VIH. Cifra que se ha incrementado de los 12 que por lo general acogían. Debido al incremento de personas es que ahora se hace un llamado a las buenas personas y con posibilidades económicas para que de manera pública o privada hagan llegar medicinas, ropa, camas, etc. a fin que puedan ser atendidos en el difícil trance de su vida.
“Acá a diario se utiliza medicina como Ibuprofeno, Paracetamol, Alcohol, Tramadol, Dextrosa, etc. También camas, colchones, frazadas y sábanas, alimentos como menestras, arroz, azúcar, lo que las personas de buena voluntad puedan aportar. Contamos con cuatro pacientes que están aislados porque tienen tuberculosis, no se levantan de su cama”, expresó la coordinadora a la vez que sin guantes de por medio, ayudaba a una persona totalmente delgada a dirigirse al baño.
TESTIMONIO DE JOVEN CON VIH.
Se llama Natanael (25) y llegó desde San Pablo de la Luz, hace pocos días se enteró de lo que pasaba con su salud resquebrajada.
“No sé cómo me contagié porque yo me cuidaba, empecé a tener relaciones desde los 18 años y en realidad no sé cómo me vine a contagiar. Todo esto ha venido a cambiar mi vida, llevaré una vida ordenada. Yo llevaba una vida desordenada, una vida de fiestas, de discotecas, amigos, no obedecía a mi mamá y ahora son las consecuencias.
Estar en esta cama y en este lugar me prepara a un cambio total, he dicho que no volveré a pisar este lugar porque voy a tratarme, voy a seguir adelante con mis retrovirales para conservar mi vida. Estaré más tranquilo. Desde el inicio mi familia me ha apoyado en todo, eso es un aliciente para mí.
Mi enfermedad ha sido un error en esta parte de mi vida, un obstáculo pero no será para quedarme aquí, sino para levantarme y caminar hacia adelante. La medicina más grande para mi vida es Dios y sin él no somos nada. Tengo fe en él  y sé que me levantaré pronto”, concluyó de manera agitada Natanael.