A pocos días de la celebración de la nueva salida simbólica al sol de Jesús, el hijo de Dios para los cristianos de este planeta, nos lleva a recordar lo que la historia religiosa narra sobre este hecho histórico de gran impacto en la vida espiritual de millones de personas.
Entonces recordamos que la natividad o nacimiento de Jesús se describe en los evangelios bíblicos de Mateo y Lucas. Los dos relatos coinciden en que Jesús nació en Belén de Judea, su madre María estaba desposada con un hombre llamado José, que descendía del rey David y no era su padre biológico, ya que su nacimiento fue causado por la intervención divina.
La natividad es la base de la festividad cristiana de Navidad el 25 de diciembre y juega un papel importante en el año litúrgico cristiano.
Muchos cristianos exhiben tradicionalmente pequeñas escenas del pesebre que representan la natividad en sus hogares, o asisten a las obras de teatro de la Natividad o los concursos de Navidad que se enfocan en el ciclo de la natividad en la Biblia.
En nuestra ciudad y región Loreto, hace muchos años que se ha ido adaptando el nacimiento y la vida de Jesús a nuestra realidad, siendo lo más visible los nacimientos típicos donde se puede apreciar a la pareja de María y José, representado por algún grupo étnico Amazónico y tenemos al bebé Jesús no en un pesebre, sino en una hamaca o en una cuja con su mosquitero, característico en nuestra zona tropical.
También se realizan concursos de nacimientos típicos, donde los reyes magos, los animales que rodean al establo, representado por un tambo (casa), donde nació Jesús en la selva tiene a monos, sachavacas, añujes, otorongos, pihuichos, monos, y otros seres de nuestra fauna.
La historia tradicional nos recuerda también que las congregaciones cristianas de tradición occidental (incluida la Iglesia católica, los ortodoxos de rito occidental y las Iglesias protestantes) comienzan a observar la temporada de Adviento cuatro domingos antes de Navidad.
Los cristianos de la Iglesia ortodoxa y el cristianismo oriental observan una temporada similar (a veces llamada Adviento, pero también llamada «Ayuno de Natividad») que comienza cuarenta días antes de Navidad.
Algunos cristianos ortodoxos orientales (por ejemplo, griegos y sirios) celebran la Navidad el 25 de diciembre. Otros ortodoxos (por ejemplo, coptos, etíopes, georgianos y rusos) celebran la Navidad el 7 de enero. Costumbres que varían dependiendo de dónde se practica o es miembro de la comunidad cristiana. En lo que sí todos coinciden es el mensaje de paz y amor, que contradictoriamente, es lo que le hace muchísima falta al mundo.