“Mi mayor pecado fue enamorarme de la persona incorrecta y no denunciar a tiempo”

  • Testimonio de Cecilia Acosta, quien desde hace pocos días respira en libertad.
  • También denunció que algunos la vienen insultando y hasta amenazando, por lo que ya ha entregado todos los pantallazos del celular a las autoridades competentes.

Sin que ello signifique que haya sido juzgada por lo acontecido el pasado 28 de setiembre del año 2019, en que incrustó 20cm de un cuchillo en el hombro del artista colombiano Álvaro Luis Vega Gamarra (27). Libertad condicional concedida por la sala penal de apelaciones, hasta que se inicie el juicio oral.
Los hechos ocurrieron la madrugada del 28 de setiembre en el cuarto que vivían en el segundo piso del local conocido como “El Templo del Vallenato”. Ella quiso exponer su verdad, afirmando que todo lo expresado está convertido en pruebas que maneja la fiscalía, muchas de las cuales no está presentando ante el poder judicial, por alguna extraña razón.
“Mi mayor pecado ha sido enamorarme de la persona incorrecta y no denunciar a tiempo para no dañar su situación migratoria. Tenía a su hijo, aunque no era responsable con él, era yo quien hacía los depósitos para que no le falte nada.
Tantas cosas se han dicho de mí porque no podía defenderme, dicen que lo acuchillé tantas veces, que quise huir, cuando yo fui que corrí a buscar ayuda. Álvaro, murió por falta de atención rápida, yo imploraba a los que llegaron para que lo lleven al hospital, cada segundo contaba, pero ellos fueron los que se pusieron a grabar, a tomar fotos. Después recién lo llevaron al hospital aún con vida, pero luego se apagó”, cuenta.
Cecilia (40) es de Huánuco, estudió Fisioterapia y tiene 3 hijos. Trabajaba en Lima, donde conoció al artista mencionado. “Yo lo que espero de todo esto es un juicio justo, que se haga justicia sí, pero con la verdad no con la mentira. No tratando de ocultar evidencias, pruebas que obran en manos de la fiscalía.
Yo no quiero seguir hablando en respeto a la memoria de la persona que sigo amando, por eso solo pido que se haga una justa investigación. No me estoy escapando y no lo voy a hacer, estoy acá sola afrontando y así lo seguiré haciendo. Soy consciente de todo lo que está pasando y asistiré cuántas veces me llame la justicia. Hay pruebas reales, existentes, algunas que no se han mostrado y no sé por qué”, expresa.
¿Recuérdenos qué pasó esa madrugada del 28 de setiembre de 2019?
-Él (Álvaro Luis) estaba tocando (acordeón) y tomando. Yo bajé a verlo como a la una de la madrugada, justamente el dueño me dice que había dos personas de Huánuco y estuve con ellos. Terminó de tocar y se une a nosotros. Tomaba Whisky puro. Un rato lo miro y le doy agua para que no siga bebiendo alcohol, se molestó mucho y me dijo que quería seguir bebiendo, al final se tomaron como 6 botellas de whisky.
Se empezó a poner violento, le pedí que se calme y que nos vayamos a dormir. Incluso esas imágenes también las tiene fiscalía. Luego subimos, empezó a buscar droga que yo la había escondido porque se ponía peor. Ese fue el detonante.
Me empezó a jalonear y a ahorcarme, perdí aire y estaba por desmayarme. Miré a mi costado para ver qué había para arrojarle y así me dejara de apretar, lo que alcanzó mi mano lastimosamente fue el cuchillo que le incrusté en el hombro. Nunca pasó por mi cabeza acuchillarlo y matarlo, nunca. Fue una cuchillada en defensa propia, no varias como dice la prensa amarilla, incluso la de Colombia.
Yo solo pensé en defenderme. Que se tranquilizara. Nunca pensé en matarlo porque lo amaba, y hasta ahora lo sigo amando. Cuando pido ayuda y llegan las personas, en vez de trasladarlo de inmediato, se ponen a filmar y tomar fotos, terrible de verdad. No lo levantaban pese a que yo se los pedía. Otros hablan que fue por celos, que tenía a otra persona, todo eso es totalmente falso. De lo contrario ¿dónde está la otra persona? Nunca ha aparecido nadie más.
¿Y cómo conoció a Álvaro?
-Fui a una reunión invitada por un amigo. Ahí tocaba él. José Gregorio “Joseph” Del Río Pérez, cantante de la agrupación “Huracán de Colombia”, lo trae con engaños diciéndole que tenía muchos contratos, que iba a ganar mucho dinero. Y lo hospedó en un hotel de mala muerte en Los Olivos. Luego lo botaron y no tenía ni para comer.
En una pelea a Álvaro le partieron la cabeza, creo que, en nueve partes, su cuerpo todo golpeado. Yo era amiga de él, no era fuerte la relación y lo ayudé con otros amigos. Pagamos todos los gastos de su recuperación. Después de eso, empezamos a conocernos más. Pero nunca conocí a fondo que él consumía marihuana y cocaína.
Él me decía: “Mami, solo es un poquito para cuando estoy triste”. Pero después me daba cuenta por lo violento que se volvía, que no era así. Lo dejé, me fui a Lima. Apareció allá a los tres días a suplicarme que iba a cambiar, que no lo deje. Hasta íbamos a una iglesia, empezamos a leer la Biblia.
Después consumía más, yo ya había decidido dejarlo. Me dolía sí, pero me daba cuenta que mi vida estaba en alto riesgo, en peligro. Entonces, poco antes de lo que ocurrió, aceptó planificar e irnos de Iquitos a Lima. Sería en diciembre de 2019, pero ocurrió esta tragedia en setiembre.
¿Ha perdido a mucha gente que seguro pensaba que la estimaba?
-Sí. Me han llovido ataques por todos lados, me han tildado de monstruo, gente allegada a él le envió los videos a mi hija (10) diciendo que era una asesina, etc. Muy doloroso. Muy triste, gente que supuestamente sabía cómo era Álvaro, de cómo se comportaba, su misma familia ahora envenenada contra mí; se voltearon, sabiendo toda la historia verdadera. Me gustaría qué en mi cara, me nieguen y oculten el comportamiento de Álvaro, no tendrían valor.
Incluso he recibido amenazas de Joseph Del Río, me dice que lo voy a pagar caro, agregando insultos muy fuertes para una mujer. Pese a que él abandonó a Álvaro en Lima, cuando le golpearon y le rompieron la cabeza, no vio por él. Y ahora habla en contra mía y me amenaza. Hay otros que escriben cada insulto, pero ya he entregado los pantallazos de mi celular a las autoridades correspondientes.