Mentes brillantes en Loreto y en el mundo

Por: Juan Soregui Vargas
(soreguijuan@hotmail.com)

En la actualidad la nanotecnología (utiliza una de las partículas más pequeñas que tiene la materia, llamada nano)  considerada, al inicio, como  una meta tecnológica, está ahora incluida en  importantes programas de investigación científica en medicina, en física, en laboratorios, en construcciones, en conservación ambiental y en otros campos.
Los países del mundo pro activo invierten como empresas públicas y permiten a las  privadas invertir  millones de dólares para mejorar la investigación científica y la innovación para beneficio de la humanidad y del ambiente con altas tasas de rentabilidad económica, social y ambiental, gracias al efectivo y eficiente actuar de sus organismos de investigación en las universidades, en fundaciones, en empresas, etc.
Lo redactado en párrafos anteriores se puede observar en páginas de información de internet, pero, la noticia que me hizo llegar desde Buenos Aires, un amigo porteño, es que esta nanotecnología, además de encontrarse en empresas y en institutos superiores y tecnológicos, se está promoviendo en colegios o liceos de educación secundaria.
Organismos de investigación con conocimiento teórico y práctico del asunto, llegan a los colegios secundarios, de tal manera que los alumnos de todos los grados de secundaria puedan insertarse en este maravilloso y rentable mundo de la tecnología.
Mi amigo, el porteño de Buenos Aires, me ha enviado información de importantes concursos organizados por fundaciones e institutos de investigación para estos alumnos de secundaria de Argentina, de tal manera que se descubren mentes brillantes y que son rápidamente captados por las universidades, entrenados y enviados al extranjero para su perfeccionamiento y su retorno al país gaucho para contribuir con el desarrollo de éste. En uno de estos concursos, un colegio de una provincia de Argentina, ganó el primer premio, que no solo es diploma, sino dinero en efectivo y una cuota del equipo ganador en la fundación científica, con  la investigación de estas partículas nanos y su innovación en la fabricación de mochilas irrompibles. En nuestro país y especialmente en nuestra región, la investigación científica y la innovación no existe, los tímidos intentos de hacer una investigación se han llegado a burocratizar y son obsoletas. Desde hace tiempo hemos  propuesto que los gobiernos  deberían plantear la renovación de sus planteles de investigación de «mentes brillantes» y captar otras personas, particularmente jóvenes que se dediquen con mística a generar de verdad, de manera eficiente y eficaz a producir resultados científicos y paquetes tecnológicos para la sociedad en general y los pueblos pobres de la Amazonía en particular. Es más, en varios artículos hemos destacado la generación de ciencia y tecnología en los colegios secundarios, en concursos organizados por CONCYTEC, de niños y jóvenes que han generado conocimientos científicos, con una verdadera investigación, y paquetes tecnológicos y que podrían ser utilizados en los procesos de desarrollo sostenible de todos los gobiernos.
Hemos asistido a diferentes exposiciones de jóvenes en los colegios secundarios de nuestra localidad y, con satisfacción apreciamos y evaluamos una serie de paquetes tecnológicos producto de un rigoroso procedimiento de investigación científica, asesorados por sus respectivos profesores, que bien podrían haber sido mejorados y masificados para el uso de las poblaciones que menos recursos tienen.
Dos ejemplos: 1) la investigación científica e innovadora  generada por Correa Alaín y Soregui John, estudiantes de cuarto de secundaria del colegio San Agustín, asesorados por la profesora Margarita Tapullima, que en 1993 fabricaron un procesador de filtro y tratamiento de agua potable que estaba dirigido a las comunidades pobres de nuestra región. Ganó el premio CONCYTEC  a nivel macro regional, los integrantes de este brillante equipo fueron invitados a una feria en Manaos- Brasil. Podríamos citar la mística innovadora  de estos jóvenes agustinianos en la elaboración de cocinas caseras rurales con desperdicios de madera procesada.  Hace dos años, estudiantes de secundaria del colegio particular «Rosa de América» presentaron varios paquetes tecnológicos que bien se hubiesen podido utilizar en las casas de la urbe y las rurales. El proyecto que más nos llamó la atención por tener los tres componentes del desarrollo sostenible: social, económico y ambiental, fue el presentado por el equipo liderado por la adolescente Johanna Anchorena Vásquez del tercer año de secundaria, que utilizando botellas de plástico y alambres desechados, fabricaron módulos de acuarios y plantas ornamentales, que podrían haber sido utilizados en  una educación ambiental dinámica en toda la Amazonía  y generar empresas rentables para la elaboración de estos módulos y tener recursos dinerarios. ¿Por qué no captaron y  captan estas verdaderas mentes brillantes como se hace en el mundo desarrollado? ¿Egoísmo? ¿Temor? Saquen sus propias conclusiones. Como estos dos casos deben existir cientos de alumnos que acompañados de sus padres y asesores generan mejores paquetes tecnológicos que muchos que ganan grandes cantidades de dinero.  La sociedad  civil amazónica requiere una investigación científica acorde con los tiempos modernos y que estos sean rentables para generar desarrollo sostenible. A nanotecnología no creo que lleguemos en estos años, pero, por lo menos renovemos nuestro plantel de investigadores, captemos y entrenemos jóvenes de los concursos de CONCYTEC Y y de otros eventos, sistematicemos la sabiduría ancestral, sin plagiarles,  y salgamos de esta burocracia de investigación que no contribuye en nada con el desarrollo sostenible, pensando solo en nuestra Amazonía y en el Perú, como lo hacen los argentinos, los chilenos, los indios, los norte americanos, los colombianos, etc.