-Invoca Monseñor Julián García
La máxima autoridad de la Iglesia Católica en Iquitos, Monseñor Julián García Centeno, publicó una carta mediante la cual se dirige a todos los fieles del Vicariato y a todos los hombres de buena voluntad con algunas reflexiones «sobre la responsabilidad que tenemos todos como ciudadanos de un pueblo al que amamos y para el que queremos todo lo mejor».
Entre otros puntos, el obispo señala que los medios de comunicación social que tienen tanta influencia en la opinión pública, deben ajustarse, en su proceder, a las exigencias éticas y morales. Lo que supone, entre otras cosas, ofrecer información verídica, no prestarse a propaganda manipuladora, interesada o deshonesta, ni al chantaje.
«La libertad de expresión no significa que sean éticamente aceptables las conductas y medios que no respeten la dignidad de las personas. Ni de quienes difaman, calumnian o tergiversan la verdad, distorsionan los hechos, causando daño a las personas y a las exigencias del bien común», manifestó.
Monseñor Julián García consideró importante que los ciudadanos analicen las propuestas de cada candidato antes de emitir su voto pues en manos de ellos estará el futuro de nuestro pueblo.
«El voto debe ser secreto, libre, consciente y responsable. Por tanto el votante debe esmerarse en conocer la competencia y la calidad ética de los candidatos y sus aliados. Conocer los programas y las ofertas con el fin de contrastar su bondad, realismo y coherencia.
Y con conocimiento de causa confrontar las distintas alternativas, con el fin de elegir, la que crea más adecuada, según su conciencia», señala.
Agrega, «Es necesario que todos los candidatos y todos los grupos políticos gocen de igualdad de derechos y puedan expresar, difundir y defender con absoluta libertad, sus ideas y propuestas, de acuerdo con un sistema democrático y con respeto a quienes no piensan como ellos.
Que la confrontación de ideas y programas no degenere en agresividad o insultos. En cuanto a la campaña electoral, es necesario que todos sin distinción -autoridades y súbditos- pongamos el mayor empeño, cada cual según sus competencias, en que sea limpia, transparente y honesta. Y se desarrolle en todo momento con altura y dignidad».