LOS CAMINOS FLUVIALES DE LA AMAZONÍA

Hace una semana, asistí a una sala de exposiciones del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana-IIAP,  a un taller informativo sobre dos temas que parecen diferentes, expreso que parecen diferentes, porque con los artificios de los políticos y consultores uno se confunde y de pronto te das cuenta que estás con la yuca en la garganta. Esperamos que no sea así y que los programas presentados sean sinceros y encajen en el concepto de desarrollo sostenible. Uno de los temas es un proyecto de navegabilidad del río Napo, que todos los loretanos sabemos que es un río que cambia de cauce a cada momento y en el momento menos previsto. Cuando fuimos adolescentes viajamos en los buques de la gloriosa Marina de Guerra del Perú, acompañando a nuestro padre, que fue práctico de esta prestigiosa institución y nuca encallamos. Es que antes de salir de viaje este viejo lobo de río como tantos otros hacían sus cartas de navegación en inmensos papiros de papel manteca. Se reunían, consultaban con los vivientes de las zonas para ver si tal isla ha cambiado de sitio, si tal aren al está por allá o por acá y de esta forma, más la experiencia y el instinto del nauta amazónico nos permitía llegar a nuestro destino con  el éxito esperado.

El informe expuesto por el consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue muy bueno, especialmente por la suma cobrada: 700,000 dólares americanos y que proviene del fondo del tratado de navegación con el Ecuador. De esos dólares, a los loretanos, como siempre, no les tocó un solo centavo. Se observó entre las personas que hicieron el informe a distinguidos doctores en diferentes áreas, que en nuestra localidad existen en cantidad y estoy seguro de mejor calidad, salvo honorables excepciones (botánicos, hidrobiólogos, zoólogos, antropólogos, derecho ambiental, ictiólogos, biólogos pesqueros, etc.) El BID debió emplear algo de este dinero en dar trabajo a los expertos investigadores del IIAP, a profesores y alumnos de nuestras universidades, pero, como acontece siempre, se llevan el dinero a otra parte. Yo, con mi consultora, con los datos del Faura Graig, con la participación de los habitantes del Napo y con  la tecnología de información del IIAP, hubiese hecho un documento similar o mejor el que se presentó. Bueno, los del BID, seguirán creyendo que somos una partida de brutos y, eso no es así. Desgraciadamente son nuestras autoridades los que permiten que consultoras como esta hagan un informe tan importante, como sucedió con el manejo del paiche en el dorado que tuvieron que traer un ciudadano uruguayo para hacer un plan de manejo,, quitando el trabajo a cientos de jóvenes profesionales. El asunto no ha concluido aquí, en este taller informativo, sino que tenemos que obligar a hacer el respectivo Estudio de Impacto Ambiental, como manda la ley general del ambiente y con participación ciudadana y con audiencias. Solo de esta manera podremos ver la sinceridad de las intenciones del proyecto. La otra parte de la cuestión es el miedo que los ecuatorianos se metan poco a poco en nuestro territorio, pero, esto se debe a que no tenemos una fuerza armada disuasiva. Con la inversión en la extracción del petróleo deberíamos armarnos con varias fragatas, con docenas de aviones modernos, con tecnología de guerra de alto nivel y solo de esta manera perderemos el miedo a la invasión ecuatoriana, porque, tenemos que ser sinceros ellos tienen mejor armamento y tecnología de guerra. Por eso, es necesario no estar insinuando a  los ribereños de esa zona que no se explote petróleo, esta se debe hacer con justicia social y con  técnicas para prevenir contaminaciones y restaurar territorios, es más, las comunidades podrían formar empresas comunales para producir en zoocriaderos, en lagos cuidados diferentes productos para vender a los petroleros y de esta manera mejorar la calidad de vida de los pueblos de esa zona. Tecnologías para producir existe en el IIAP, ,en nuestras universidades y solo es cuestión de decidir. Tenemos que aprender de los indígenas de Alaska, Canadá y ciertas reservaciones de los estados unidos de Norteamérica que manejan empresas petroleras y mineras. Bueno el proyecto, desde el punto de vista técnico, pero, no ha existido la participación que indica la ley ambiental, como no la hay en el famoso alcantarillado, y bienvenido la inversión privada extranjera, pero, sin trampas. No tengamos miedo a los ecuatorianos, debemos monitorearlos, asociarnos y desarrollar esta vía fluvial donde se da un comercio informal por ambos lados. Pero, que por favor no quieran con  estos proyectos apoderarse de terrenos que nos pertenecen, y bienvenidos los ecuatorianos, especialmente si son mujeres guapas y con plata. Para el Estudio de Impacto Ambiental exijamos la participación de nuestros profesionales, de nuestros alumnos, de la población del Napo y que estos talleres tengan mayor duración. Dejen algo en la mesa para poder sobrevivir y por favor que estos proyectos no sean pantallas de futuras invasiones, porque estoy seguro que nuestra marina de guerra del Perú en unión de los habitantes los harán galletas ecológicas. Inviertan conjuntamente con  los peruanos en proyectos de desarrollo endógeno, de desarrollo sostenible.