Escribe: Ing. César Calderón Vela
Reg. CIP. N° 32486
Aquel año, la ocupación de Leticia una madrugada del 1° de setiembre de 1932 por civiles peruanos encabezados por el ingeniero civil Oscar Ordoñez de la Haza y el Alférez del Ejército Peruano Juan Francisco La Rosa Guevara jefe comandante de los puestos de Caballococha, Chimbote y Mariscal Ramón Castilla, también mencionaremos al sargento peruano que ayudó a tomar Leticia Apolinar García. Él lideró la toma del edificio de la prefectura en Leticia, según relatos históricos sobre el incidente de 1932. Este evento marcó el inicio de la Guerra de Leticia entre Perú y Colombia.
La toma de Leticia por parte de civiles peruanos y algunos militares fue un acto en contra al Tratado Salomón-Lozano, que había cedido la zona a Colombia. Recordemos que Leticia fue Puerto Fluvial Peruano desde 1867 por el capitán peruano Benigno Bustamante. La historia de tensiones territoriales entre Perú y Colombia tiene uno de sus puntos más críticos en la llamada Guerra Colombo – peruana o conflicto de Leticia (1932 – 1933). El origen de esta disputa se remonta al tratado Salomón – Lozano, firmado en 1922 y ratificado en 1927.
Loreto sigue herido, y atragantado con una espina que pusieron nuestros mismos compatriotas y sus malas autoridades, a esto tenemos que recordar al que traiciono a Loreto fue Augusto Bernardino Leguía y Salcedo y el malogrado Congreso de la República de nuestro país, que ratifico el tratado cediendo territorio a Colombia. A través del Tratado Salomón-Lozano. Leguía entregó a Colombia una porción de territorio comprendida entre los ríos Caquetá y Putumayo, aproximadamente 20,000 km2, incluyendo el llamado Trapecio Amazónico. Esta cesión territorial fue muy impopular en Perú y generó tensiones con Colombia, que culminaron en la guerra colombo-peruana en 1932.
EL ASESINATO DE SANCHEZ CERRO Y EL FINAL DEL CONFLICTO
El 30 de abril de 1933, un hecho interno en Perú cambio el rumbo del conflicto. El presidente Luis Miguel Sánchez Cerro fue asesinado en Lima (se dice que fue una conspiración de la CIA de Estados Unidos).
Su sucesor también traicionero de Loreto fue Oscar R, Benavides, que, en una forma de poca dignidad, de un buen soldado peruano optó por una estrategia cobarde y conciliadora, priorizando la negociación antes que prolongar el enfrentamiento.
En mayo de 1934, tras ocho meses de tensión, Leticia fue devuelta oficialmente a Colombia, consolidando lo estipulado en el tratado Salomón – Lozano. El conflicto se cerró sin cambios territoriales, pero con un antecedente histórico que marco la memoria colectiva de ambas naciones.
SANTA ROSA: EL ECO DE UNA DISPUTA CENTENARIA.
Hoy casi un siglo después, el recuerdo de la Guerra de Leticia resurge en el marco de la controversia por el distrito de Santa Rosa de Loreto, ubicado frente a Leticia en la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil.
Ya este año 2025 en julio, el gobierno nacional oficializó la creación del distrito de Santa Rosa, y formar parte de la Provincia Mariscal Ramón Castilla, esto motivo a que el presidente colombiano Gustavo Petro, quien consideró un insulto y afectación para el pueblo colombiano ante los acuerdos bilaterales y reclamó su estatus. Perú ha respondido reafirmando que Santa Rosa es territorio peruano, amparado por el mismo tratado que en su momento definió la soberanía de Santa Rosa como territorio peruano.
Hoy la controversia es la denominada “Isla de Santa Rosa” donde el presidente constitucional de Colombia Gustavo Francisco Petro Urrego con un discurso agresivo y lesionador, pretenda decir en seis (6) puntos a los pobladores de Leticia y a los medios colombianos, lo siguiente:
1.- La denominada Isla Santa Rosa junto con otras formaciones fluviales surgidas en el curso del río Amazonas con posterioridad a la única asignación de islas entre la República de Colombia y la República del Perú realizadas en 1929 no han sido asignadas a ninguna de las dos (2) Repúblicas.
2.- La Ley por medio de la cual crea el denominado distrito de Santa Rosa de Loreto, es un acto unilateral del Perú que desconoce los instrumentos jurídicos binacionales al incorporar una isla no asignada, y establecer límites internacionales entre ambos estados violando el principio de primacía del derecho internacional sobre el derecho interno.
3.- Colombia no reconoce la soberanía del Perú sobre la denominada Isla de Santa Rosa y desconoce a las autoridades de facto impuestas en la zona.
4.- El acto unilateral de exigir el registro a las embarcaciones en la denominada Isla de Santa Rosa es inaceptable y violatorio al espíritu de libre navegabilidad por el río Amazonas, contemplado en el acta adicional del Protocolo de Río de Janeiro de 1934, en especial en su artículo 12.
5.- Reitera su disposición para reactivar la comisión mixta permanente para la inspección de la frontera colombo – peruano la misma que impulsara las acciones para garantizar el cumplimiento del protocolo de Río de Janeiro de 1934.
6.- Colombia recibe con beneplácito la invitación del gobierno del Perú, para participar en la comisión mixta permanente para la inspección de la frontera colombo – peruano, que tendrá lugar el próximo 11 y 12 de setiembre del 2025 en la ciudad de Lima.
