Lavada de manos

Bueno, en todo caso pareciera un intento de «lavada de manos» cuando hace poco el presidente de Odebrecht Latinvest, ha señalado que la empresa no inventó la corrupción, sino, que participó de ella. Aunque de acuerdo a cómo van las investigaciones pareciera que inventó una modalidad que encajó en casi toda América Latina. Nos unió en el lodo, «embarrándonos», en un decir loretanizado.
Si se puede resaltar algo de su respuesta es el reflejo de la habilidad empresarial para salir airoso de una situación por demás incómoda e ilegal, además de los niveles de escándalo. No todos, ni personas, ni empresas tienen esa suerte, porque de hecho que habrían tenido buenos aliados en lugares claves para lograrlo. No deja de sorprender.
Pensamos que lo mejor que harían es seguir colaborando en el esclarecimiento de los hechos, como hasta ahora parece que lo hacen bien; antes de ponerse en un plan de aparente victimización, al decir que si tienen que dejar el Perú, aceptarán la decisión. Obvio, que tendría que ser así. El tema es que no se vayan sin antes reponer el daño, en la justa medida en términos legales y económicos.
Y el tema de la investigación de este megaproceso por corrupción, en determinados puntos se torna como en dimes y diretes, según lo que va trascendiendo de las declaraciones de quienes son llamados como testigos. Es el caso del publicista Joao Santana, exasesor del expresidente Lula de Brasil, quien dijo que Odebrecht le pidió que asesorara la campaña electoral 2016 de Alan García, a lo que el expresidente peruano dijo que no lo conoce.
Se desconoce si Santana ha aportado elementos que sirvan de evidencia respecto a la veracidad de sus declaraciones. Sin embargo, ello llevará a quienes investigan esta cadena de corrupción a conocer quiénes más, cómo, y cuáles son las evidencias que los vinculan con las declaraciones que vienen ofreciendo los acusados ante las autoridades judiciales del Brasil.
Esto a pesar de lo avanzado de las investigaciones, nos parece que no está ni a medio camino, en lo que respecta a los involucrados en nuestro país, mientras en el vecino país carioco se conoce que justamente por la colaboración de personal de Odebrecht, hay 96 políticos incriminados de los más poderosos. La investigación continúa y los cruces de información están ayudando a armar esta telaraña de la corrupción más grande, que se logró ventilar a la luz pública.
Lo importante de todo este proceso es que el país recupere lo defraudado en su nombre, por haber sido víctima de toda una red de corrupción que nos avergüenza tremendamente porque en ella han participado mentes preparadas y capacitadas en el manejo de la cosa estatal de forma brillante, pero fue una inteligencia para defraudar, delinquir, para hacerle daño al país, y deben pagar por sus errores, porque además todos hemos sido los perjudicados.