Hace muchos años, analicé en el semanario que gerenciaba el distinguido licenciado, pedagogo y empresario Víctor Valderrama y cuyo director fue Carlitos Ramírez (le decían el auto fantástico), ambos excelentes profesionales y hombres de buena voluntad, el problema de la explotación del petróleo y las dificultades sociales de las comunidades nativas (indígenas, más mestizos que indios).
Marx, explica en su libro rojo, que todos los conflictos se originan o se solucionan con recursos económicos, es decir con lata, con dinero. El que diga que no, es un gran mentiroso y que solo nos quiere decir que esperemos el maná del cielo. El dinero bien utilizado nos mantiene en buena forma social y ambiental. Eso está escrito en la biblia de los cristianos, en los libros de los judíos y mahometanos.
En esas épocas del inicio de la explotación del petróleo, decía en el análisis del semanario, que nuestros hermanos nativos y nosotros mismos, no estábamos preparados, educados y formados para administrar las enormes cantidades de dinero que ingresaba a la región. Eso fue una de las causas fundamentales de la actual crisis en que nos encontramos ahora, arruinados, por lujuriosos. Los que sí estuvieron preparados fueron ciertos grupos de nativos, ambientalistas, abogados (¿cuándo no?) tinterillos, grupos religiosos de toda laya y, especialmente los politiqueros. Nunca se educó a la población ni se educaron los gobernantes para diversificar proyectos productivos y turísticos, al estilo de los de Dubai.
Eso fue una parte de mi análisis, entre otras cosas, los de esa época, cada vez que criticaba en las conferencias que se daban en las oficinas lujosas, no me hablaban, me mezquinaban el café y, murmuraban: ahí viene ese aguafiestas.
Creo, que lo mismo se está repitiendo en Tamishiyacu con la industria del cacao y nadie hace nada. Mi sobrina, a veces, llega con tremendo Tablet y ya no conversa ni come su humarí. La misma experiencia tuve en una localidad de Plantanoyacu, en 1989, en el río Corrientes. Casi todos, andaban con lujosos celulares, mirando cosas nada educativas.
¿De quién es la culpa? Como decía sor Juana Inés de la cruz: del que paga por pecar o del que peca por pagar. Vaya uno a saber, pero con estos productos de moderna tecnología, la gente se ha empobrecido y embrutecido más. Dicen que el IIAP tiene una supercomputadora que se comunica con Andrómeda, no sé si será verdad, esperamos que lo sea para mejorar nuestra condición social, económica y ambiental. Aunque estos ordenadores solo se han visto en el Japón, etc.
Pero, la finalidad de esta nota no es la famosa santa poeta ni Andrómeda, sino una publicación elaborada por un investigador del IIAP en Folia Amazónica (que esperamos no sea pronto una folia seca al estilo de Didi) que no solo analiza la migración de las personas desde San Martín hasta Loreto y viceversa, sino que de manera breve toca el tema del uso de estos aparatos de moderna tecnología, que para lo único que sirven es para chismosear, especialmente las damas celosas o mirar a gentes riéndose. Algo de eso toca el tema el investigador en la evaluación de los procesos socioeconómicos del uso y ocupación de las tierras. Brevemente, esta alusión en la revista del IIAP, podría servir como una herramienta para elaborar y ejecutar un sistema educativo sostenible en el tiempo, usando para bien los modernos aparatos tecnológicos.
Con esta nota, lo único que queremos es que las poblaciones amazónicas utilicen bien para plasmar el desarrollo sostenible del que tanto hablamos. Hacer convenios con otros entes estatales y especialmente los independientes especialistas y la sociedad civil para el buen uso de los celulares y tablets. Un ejemplo, podría ser, como eliminar el dengue de nuestra región, resultados que ya se encuentran en internet, antes de estar chismoseando por celos y otros motivos. Bien, por folia sec, perdón, folia amazónica y que esperamos sepan utilizar estas breves tomas de notas evaluativas de los investigadores o métanlo en la super computadora.
(JSV)