Autor: José Vásquez La Torre
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Julio Cesar de Mello e Souza (1895-1974), nació el 6 de mayo de 1895 en Río de Janeiro, falleció el 18 de junio de 1974 en Recife, Pernambuco, Brasil.
Fue un profesor brasileño que escribió y divulgó las ciencias matemáticas en varias obras de su autoría con el seudónimo de Malba Tahan.
Escribió 69 libros de cuentos 541 de matemáticas siendo su obra más famosa “El hombre que calculaba” de la que se vendió en 1995 más de dos millones de copias, otros títulos famosos son “Matemática divertida y curiosa” y “Nuevas leyendas orientales”.
El gobierno brasileño en reconocimiento a sus obras añadió legalmente en su cédula de identidad el nombre de Malba Tahan.
La importancia de las obras de Malba Tahan se manifiesta en la forma pedagógica con que nos describe las aventuras de sus personajes dejándonos en la mayoría de sus temas la enseñanza de las matemáticas muchas veces de las formas más sutiles, de tal manera que nos queda el sabor de haber aprendido algo sobre las matemáticas.
En “El hombre que calculaba” nos presenta a los grandes maestros de la antigüedad como Eratóstenes, Pitágoras y los matemáticos árabes tan importantes sin dejar de ilustrarnos sobre la importancia de la mujer en las matemáticas, Hipatía gran matemática que enseñaba a la gente esta ciencia, administraba la Biblioteca de Alejandría después de Eratóstenes, a ella se le reconoce entre sus grandes logros, el haber corregido los cálculos astronómicos de anteriores matemáticos, desgraciadamente en un momento dado, una turba la apedreó hasta matarla.
Las aventuras de los personajes de Malba Tahan, siempre me causó asombro, la forma como nos describe las tres divisiones que es una de mis lecturas favoritas, es fantástica.
Las tres divisiones de Beremiz: la división simple, la división cierta y la división perfecta.
En este capítulo nos cuenta lo acontecido en el encuentro con un rico jeque malherido y muerto de hambre en medio del desierto, y solo por poner un poco en conocimiento de mis distinguidos lectores pasare a describirles esta historia, que es, más o menos así:
El personaje de la obra, Beremiz Samir y su amigo el Bagdalí, viajando por el desierto, encuentran a un jeque Salem Nassair mal herido; este les cuenta que fue asaltado por unos bandidos y lo dejaron creyéndole muerto, además les suplica le den algo de comer, el personaje con el que se encontraron era uno de los más ricos mercaderes de Bagdad, ¿tienen algo que comer? Me muero da hambre, me quedan tres panes dijo el Bagdalí, yo llevo cinco panes dijo Beremiz, el jeque propuso juntar los panes y hacer un reparto equitativo. En cuanto lleguemos a Bagdad pagaré una moneda de oro por cada pan que coma.
Al día siguiente llegaron a Bagdad, ya en la plaza se apareció el poderoso visir Brahim Maluf, al ver al jeque mal herido le interrogo por su estado, el jeque explicó al ministro lo acontecido y la promesa de pagar ocho monedas de oro por los panes comidos; paga inmediatamente a estos forasteros la deuda, el visir saco de su bolso ocho monedas de oro y se los dio a Salem, iremos ahora mismo a palacio.
El jeque se acercó a los forasteros y alcanzó cinco monedad de oro a Beremiz por tus cinco panes, así mismo alcanzó tres monedad de oro al Bagdalí por sus tres panes.
Beremiz se dirigió al jeque y le dijo que la división echa de ese modo es muy sencilla pero no es matemáticamente cierta.
Si yo entregué cinco panes debo recibir 7 monedas, y mi compañero que entrego tres panes debe recibir una sola moneda.
Por el nombre de Mahoma, dijo el visir Brahim, ¿cómo justificas tan disparatado reparto? si pusiste cinco panes, porque exiges siete monedas, y si tu amigo puso tres panes, porque afirmas que deberá recibir solo una moneda.
Visir, permítame demostrarle que la división por mi propuesta es matemáticamente cierta; cuando durante el viaje teníamos hambre, yo sacaba un pan de la caja donde se guardaban los panes, lo dividía en tres pedazos y cada uno de nosotros comía uno.
Si yo aporte 5 panes aporte 15 pedazos, si mi compañero aportó 3 panes contribuyo con 9 pedazos lo que hacen un total de 24 pedazos que se dividieron entre los tres es decir 8 pedazos para cada uno.
De los 15 pedazos que aporte comí 8, entonces di 7 en realidad, mi compañero aporto 9 pedazos y comió 8 entonces dio 1 en realidad, de los 7 pedazos que aporte más 1 pedazo aportado por mi compañero resultan los 8 panes que consumió el jeque Salen Brahim Nassair, luego es justo que yo reciba 7 monedas y mi compañero 1, la división era lógica, perfecta e incontestable.
Después de reflexionar el visir ordenó se le entregaran las siete monedas a Beremiz y una para el Bagdalí.
Beremiz se dirigió nuevamente al visir; esta división propuesta de 7 monedas para mí y 1 para mi compañero es matemáticamente cierta pero no perfecta a los ojos de Dios.
Entonces junto las monedas y las dividió en dos partes iguales, una me dio a mí –cuatro monedas- y se quedó con las otras cuatro.
Este hombre es increíble dijo el visir, no aceptó la división de ocho monedas en dos partes de cinco y tres monedas respectivamente, demostró que tenía derecho a recibir 7 monedas y su compañero 1. Luego divide las monedas en dos partes iguales y da una de ellas a su amigo.
El visir dijo entonces, este joven es sabio y habilísimo en los cálculos de aritmética, es bueno como amigo y generoso como compañero, hoy mismo será mi secretario.
Poderoso visir dijo Beremiz, veo que acabas de pronunciar 29 palabras con 135 letras, la mayor alabanza jamás oída por mí, yo para agradecerle tendré que emplear 58 palabras y 270 letras, exactamente el doble.
¡Que Alah os bendiga eternamente y os proteja!
Bibliografía: El hombre que calculaba





