Las relaciones docente-estudiante-trabajador administrativo en la UNAP

Por: Dra. Lastenia Ruíz Mesía
Candidata al Rectorado de la UNAP

 

Más allá de los lineamientos y las políticas trazadas en nuestro resumen de Plan Estratégico 2016-2021 para un eventual gobierno de UNIDOS POR LA UNAP, centrado en aspectos académicos y de gestión, es importante desarrollar de manera puntual y específica un ítem especial que, por su trascendencia para la sobrevivencia y el desarrollo de nuestra institución universitaria, debe ser abordado de forma específica: las relaciones al interior de la comunidad universitaria.
No se puede aspirar a transformar una determinada organización social si es que antes no se recompone el tejido vital al interior de ella. No es posible una institución fuerte y poderosa si sus relaciones internas no lo son; por ello, al interior de UNIDOS POR LA UNAP damos especial atención al futuro de las relaciones docente-docente, docente-estudiante, estudiante-estudiante (especialmente de pregrado) y docente-estudiante-administrativo.
En principio, es imprescindible comprender que como una forma de promover el intercambio de ideas y el debate intelectual, la existencia de grupos políticos, culturales, de estudios, etc., son componentes inherentes de la vida universitaria. Ello facilita el desarrollo de diferentes puntos de vista sobre cualquier tópico del quehacer humano y nos nutre. Sin embargo, lo que se observa en casi todas las universidades públicas del país, es una lamentable desnaturalización de este sano principio de desarrollo intelectual basado en el respeto al que no piensa como uno. En la UNAP y en casi todas las universidades públicas del país, se observa la existencia de grupos parasitarios que no hacen ningún bien a la universidad y medran de ella.
En no pocos sectores unapenses se ha perdido todo sentido de la relación intelectual y académica entre el estudiante y el docente y, lo que se observa hoy en día, especialmente en épocas electorales como la que estamos viviendo en la UNAP; es un desnaturalizado binomio docente-estudiante cuya única finalidad es la captura de votos sin importar los medios. Este tipo de relación es intolerable por el bien de la universidad. Al interior de los pasillos universitarios se comenta sobre estas relaciones impropias entre algunos malos docentes y otros malos estudiantes, relaciones basadas en el toma y dame, en las dádivas, en el tráfico académico, en la corrupción en general. Por el buen nombre de la UNAP, de quienes egresaron de sus aulas, de quienes estamos en ella y no compartimos estas formas impropias de relacionamiento, y de quienes vendrán en el futuro, un eventual gobierno de UNIDOS POR LA UNAP erradicará este mal actuar de beneficio propio y estimulará un relacionamiento docente-estudiante beneficioso para la institución.
Sanear el tejido institucional implica, también, decir a quienes piensan diferente de nosotros que respetamos pero no compartimos sus puntos de vista, siempre y cuando estos puntos de vista se enmarquen dentro de la ley. Obviamente, no podemos respetar el abuso, la prepotencia, la venganza, el atropello en contra de quienes piensan diferente a los gobernantes, que infelizmente hoy en día campean en nuestra UNAP.
Finalmente, y no por ello menos importante, es reconocer que no puede existir una UNAP fuerte y poderosa sin el respeto, el reconocimiento y la consideración a la labor de todos los administrativos. La ley no les considera en los órganos de gobierno, pero una eventual gestión de UNIDOS POR LA UNAP constituirá una mesa de diálogo permanente entre autoridades universitarias y trabajadores administrativos tanto a nivel de gobierno central de la UNAP como en el gobierno de cada Facultad, para lo cual tramitaremos la respectiva modificación del Estatuto de la UNAP.