La travesía de Orellana: el descubrimiento del río Amazonas

Por: Pedro Mozombite (Cronista)
pedromozombite07@gmail.com

Hoy 12 de febrero se recuerda una fecha conmemorativa en la historia de la Amazonía. Se celebra los 483 años del descubrimiento del río más caudaloso y más largo del planeta, el imponente y majestuoso Amazonas, que tanto Brasil y el Perú tienen el privilegio de que sus aguas atraviesan sus territorios, además es una de las 7 maravillas naturales del mundo; el Amazonas nace en el Perú y desemboca en el atlántico (Brasil.). Fue descubierto por un grupo de españoles, capitaneado por Francisco de Orellana, un joven explorador, el 12 de febrero de 1542, en afán de buscar al país de la «Canela», pero fue un inminente fracaso.
Los españoles se aventuran a explorar la selva de América del Sur debido a que las vías comerciales que traían las codiciadas especias de Asia (la canela) se habían cerrado bastante desde que los turcos tomaran Constantinopla. Durante la edad media y moderna estas especias eran muy necesarias en la vida cotidiana. Estas semillas y tallos aportaban gran variedad de ventajas: reforzaban los métodos de conservación, quitaban parte del mal sabor y olor putrefacto que presentaban muchos platos, constituían una fuente de medicinas con algunas propiedades antisépticas.
Por todos estos motivos, las especias eran pagadas a precio de oro, y la canela, junto a la pimienta, resultaban las más caras. Se pensaba que dentro de la selva de América del Sur existían enormes extensiones de árboles con esa codiciada corteza.
Vicente Yáñez Pinzón había explorado la desembocadura del gran río en 1500, pero el interior no se conocía. Cuarenta años más tarde Francisco Pizarro ordenó a su hermano Gonzalo hacerse cargo de la provincia del norte, llamada Quito, lo que podría suponer una nueva gobernación, o un futuro virreinato.
El capitán Francisco de Orellana, el 26 de diciembre de 1541, emprende la primera navegación del río más largo y caudaloso del mundo, junto a 57 españoles: vascos, asturianos, gallegos, castellanos y extremeños, y de entre ellos, náufragos vasallos, dioses trujillanos: Lorenzo Muñoz, Fray Gaspar de Carvajal y Francisco de Orellana.
La comitiva reunida por Gonzalo Pizarro en Quito, era la más grande vista en esas tierras. Contaba con 340 hidalgos, 2 000 perros entrenados para la lucha, 4 000 porteadores indios, 2 000 llamas cargadas y 2 000 cerdos. Pizarro partió en febrero de 1542.
Ante lo agotador de la marcha con una comitiva de esas dimensiones, Gonzalo Pizarro puso al frente a Orellana para que se adelantara y recogiera información del terreno y poblaciones indígenas. Al llegar a lo que consideraban su destino, descubrieron que no había canela, tan solo algunos falsos árboles dispersos y poco rentables. Sufrió una tremenda decepción. De regreso con Orellana, de ira arrojó a los perros a la mitad de los guías y la otra mitad fue quemada viva.
Tras lo duro de la ruta, iniciaron el descenso del que después se bautizaría como río Coca. Posteriormente llegaron al río Napo. Allí las aguas eran cada vez más profundas, por lo que decidieron comenzar la construcción de un bergantín, que bautizarían como el San Pedro.
Según relató el dominico Gaspar de Carvajal: llegaron a recorrer más de 200 kilómetros por día llevados por el agua. Por su parte, Gonzalo Pizarro se desesperaba y finalmente ordenó el regreso a Quito por tierra, en un viaje de seis meses en el que se comieron a todos los perros y caballos que les quedaba para poder sobrevivir.
Tras una semana de descenso y unos 1 200 kilómetros recorridos, los hombres de Orellana estaban extenuados y hambrientos, aunque por fortuna dieron con indígenas con los que pudieron comerciar y apoyarles con alimentos. Además, construyeron un nuevo barco, el Victoria, que los debía llevar a Perú. Con dicho navío y el bergantín pensaban que llegarían pronto a Perú, y la gran amplitud del río les hacía creer falsamente.
El 5 de junio de 1542 el cronista Gaspar de Carvajal comenta que llegaron a un asentamiento en cuya plaza encontraron dos leones. El dominico afirma en su libro que uno de sus habitantes les aseguró ser tributario de las Amazonas. Como se ha dicho, siempre han existido dudas sobre la veracidad del diario escrito por el fraile dominico, pero lo cierto es que Gaspar de Carvajal perdió un ojo en los combates.
Durante la Ilustración se dieron explicaciones a esos detalles extraños como el de la plaza con leones y, en especial, el de un pueblo habitado únicamente por fieras mujeres guerreras, que cambiaron el nombre del río denominado inicialmente río Orellana. Finalmente, la expedición de Orellana divisó el mar el 26 de agosto de 1542, tras más de siete meses de internamiento en el Amazonas.
Francisco de Orellana fue llamado a España para ser juzgado bajo acusación de abandonar y traicionar a su primo, jefe de la expedición. Aunque Francisco y Gonzalo Pizarro no volvieron a verse nunca más, el proceso judicial demostró la inocencia del explorador extremeño y que fueron las circunstancias quienes le impidieron retornar al lugar donde le esperaba Gonzalo Pizarro.
Después de este hecho empezaría una serie de misiones de evangelización a la región de
Maynas que fueron administradas desde la Audiencia de Quito que a su vez pertenecía al Virreinato del Perú. Este hecho fue investigado por José Rumazo González en el libro “La región amazónica del Ecuador en el siglo XVI”.
Orellana, era un hombre ilustrado, paciente para la negociación con los indios. Hablaba francés y latín, según el escritor George Millar, y se defendía en varios idiomas indígenas.
El cronista Carvajal calculó que habían recorrido 1.800 leguas, es decir, en torno a unos 7500 kilómetros. Falleció en noviembre de 1546 a los 35 años, en exploración probablemente en las costas del atlántico de América del sur, en algún lugar del que no se sabe. Se le concedió, en las Capitulaciones del 13 de febrero de 1544, el reconocimiento de las tierras conquistadas; el título de Adelantado, Gobernador y Capitán General.
El 13 de agosto de 2012, la Amazonía fue reconocida oficialmente como una de las Maravillas Naturales del Mundo, en una ceremonia que se llevó a cabo en Iquitos. El Río Amazonas se hace ganador como Maravilla Natural por ser el más largo del Mundo con una longitud de 6800 kilómetros que nace en la quebrada de Apacheta, junto al Nevado Mismi, en la región de Arequipa. Las aguas de deshielo fluyen hacia el río Apurímac, tributario del Ucayali, que finalmente se une al Marañón para formar el cauce principal del Amazonas.