Teniendo en cuenta que dentro de seis días la población peruana asistirá a una de las consultas más importantes en la vida del país, hemos querido amalgamar en un texto explicativo, parte de lo referido a tal consulta procurando ser lo suficientemente claros en las ideas, formas y conceptos para que la ciudadanía tenga una idea cabal de lo que sucederá cuando emita su voto para elegir un gobernante de verdad y no un encargado de cautelar la fortuna de unos cuantos.
En esta breve síntesis hemos decidido dar a conocer lo relacionado a la segunda vuelta electoral, comentada y rechazada por el destacado ex congresista y ex constitucionalista Hector Vargas Haya en su libro «Parlamento y Moral Pólítica».
En tal texto el autor considera a la segunda vuelta, ordenada por la constitución, como una ley absurda y un peligro a la democracia y la voluntad del pueblo; pues quien salga elegido nunca representará a la mayoría ciudadana, debido a la atomización del voto, que conduce a un fragmentación nociva del caudal lectoral, debido a la presencia de numerosos postulantes al cargo, sin la debida preparación y respaldo ciudadano, siendo esto lo que propicia la utilización de la segunda vuelta, como si esta fuera la panacea que solucione el problema.
En su objeción Vargas Haya propone que en la ley de Partidos Políticos se establezca como obligación importante, la presentación de partidos políticos lo suficientemente sólidos como para lograr que en el escenario político nacional, los partidos más cohesionados y vigorosos en cuanto a militancia, se encaminen hacia el bipartidismo; que por las exigencias, propias de las condiciones, que se deben cumplir, hará que una elección, como sucede en los países que eligen entre dos opciones, dejen un solo ganador en una primera vuelta.
«En el tratado de Derecho Constitucional e Instituciones políticas, reconocidos politólogos coinciden al sostener que el factor del mantenimiento del bipartidismo, lo constituye el sistema electoral», dice Vargas Haya que por la solidez del sistema queda asegurado el resultado en la primera vuelta; mostrando así cómo es posible, con partidos fuertes en su estructura, eliminar la absurda segunda vuelta