En nuestro país, resulta manido el tema de la niñez abandonada, pero nadie puede negar que dicho tema sea uno de los más cruciales que afronta la sociedad peruana, en general. La niñez abandonada y las consecuencias de tal abandono en que viven considerable número de niños loretanos, lacera sentimientos y obliga a que la sociedad en pleno exija urgente y rápida solución.
Numerosas instituciones, la mayoría de ellas bajo la denominación de ONG, en su momento, se presentaron como poseedores de posibles soluciones al problema, pero a las finales se hizo evidente que en realidad su propósito oculto el de lograr reconocimientos o legalidad en sus afanes de institucionalizarse, para lo cual tomaron el nombre de la niñez como fin supremo para su actividad, pero a las finales, todo resultó un fraude y allí tenemos a nuestros niños deteriorándose moral y físicamente en desmedro de su salud y su desarrollo como seres humanos.
Desde hace casi 40 años funciona en Iquitos el conocido Hogar de Menores, en el distrito de Punchana, que ofrece reducida ayuda a niños y jóvenes con deseo de enmienda, sin embargo los religiosos que conducen este centro que podríamos llamar de rehabilitación moral, actúan bajo un presupuesto ínfimo que marca prácticamente cero, y ello repercute negativamente en una posible y ansiada ampliación de acción a favor de la niñez de Iquitos.
También existe el hogar de la niña, signada con el mismo estigma que la anterior institución, siguiéndole no muy a la saga el albergue «El Huambrillo» que podría decirse es el hermano exitoso de los antes mencionados, pues debidamente administrado por religiosas representante de CARITAS en Iquitos, ha logrado instalar centros de ocupación para los niños que han llegado a jóvenes, pero parece que la fórmula ya no funciona pues sus recursos son mínimos, lo que limita la capacidad de captación de los niños de ahora que en doloroso enjambre deambulan por la ciudad, pregonando su hambre y su abandono.
El problema de por sí es tremendamente crucial, así lo expresamos en las líneas iniciales de este comentario; y lo es porque hasta ahora, los políticos de turno que han llegado a la presidencia del país o al Congreso de la República, nunca han tenido en cuenta ni han perfilado en sus planes de trabajo, alguna ley determinante que permita ayudar a miles de niños que desarraigados de su hogar, deambulan por las calles de las distintas ciudades del país, presentando un drama desolador que puede ser evitado con un trabajo conjunto de las municipalidades, gobiernos regionales y policía nacional, bajo la fuerza que debe darles una ley apropiada a la condición de los infantes que deben regenerar o guiar por derroteros acordes con las leyes del país.