LA GUERRA SANTA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN LA ÚLTIMA SELVA VIRGEN DEL PLANETA.

Por: Luís Roldán Ríos Córdova      rioscordova2010@hotamil.com

 

Tal vez sea la consecuencia de cómo los sistemas políticos y los intereses económicos de la clase gobernante han manejado históricamente a las sociedades indígenas que termine generando una guerra santa, por cuanto estas comunidades que no conocían el hambre, ni la pobreza antes de la llegada del desarrollo y la modernidad ahora tengan que mendigar para  comer y sobrevivir.

 

La brecha avanza tal cual avanzan las placas tectónicas en el interior del planeta, de cuya fricción nacen grandes movimientos sísmicos con pérdidas de vidas humanas, del mismo modo avanza en el interior  de los pueblos indígenas resentimientos basados en hechos históricos de abandonos y explotaciones que en algún momento van a rozar causando grandes movimientos sociales con pérdidas de vidas, especialmente entre los indígenas por ser los más vulnerables.

 

La guerra santa de los pueblos indígenas en la última selva virgen del planeta se va a dar no por intransigencia de ellos o porque son perros del hortelano, sino porque como respuesta, los beneficiarios del sistema que los olvida, explota, contamina y los mantiene excluidos no querrán, así de fácil, perder los privilegios de clase dominante en el manejo de los recursos a nombre del desarrollo social y el crecimiento económico «del país», que los indígenas nunca lo sintieron como para seguir aceptándolo y defendiéndolo.

 

El egoísmo y la idea de superioridad de «nosotros» los urbanos blancos y no blancos, no nos ha permitido incluirlos en la sociedad como parte de ella y como elementos de producción con derechos al usufructo digno de su trabajo, sino sólo como instrumentos para generar riquezas al mismísimo estilo esclavista y feudal, tampoco se les educó para ser la fuerza transformadora de su realidad como engranajes del crecimiento económico, sino sólo como mano de obra barata no calificada (el cholo barato) y se les enseñó a leer sólo para que puedan ser compradores de tecnología, factura cuyo costo habrá que asumir.

 

Habiendo el país asumido un  modelo capitalista, ha errado manteniendo a las comunidades indígenas en su estado natural tal vez con la sola idea de explotarlos, de modo que ahora el respeto de su nacionalidad entra en el escenario con apariencia legal formalizando en la práctica la figura de  un estado dentro de otro, donde cada quien defenderá sus intereses por lo que será bien difícil que los conceptos de  modernidad, de desarrollo y crecimiento, se articulen con sus intereses respaldados por la Ley de la Consulta Previa. ¿Acaso esto no llevará al Estado a tomar decisiones sin respetar sus derechos a nombre de los intereses de la patria?

 

Por varias e históricas razones los indígenas desconfían del mundo desarrollado. ¿Cómo resolver esto? El sistema avasallador no va a ceder sus privilegios, aquí los indígenas tienen las de perder, la sociedad modernizada seguirá haciendo lo que hicieron los españoles con los incas en la época de la conquista, la Corona española dictaba leyes estupendas de protección al indio, buen trato, respeto a sus costumbres y territorios que ningún español tenía la menor intención de acatar. El asunto es que ahora a diferencia de la época de la conquista española nuestros indígenas están mejor informados sobre lo que acontece a su alrededor en relación al conjunto universal.

 

Las guerras van a empezar cuando siguiendo viejos modelos los acuerdos a favor de las comunidades indígenas no se cumplan, o cuando haciendo uso de la ley de consulta que les da derecho a negarse, no va a ser del agrado del «desarrollo nacional» y de los «intereses del país», situación que ameritará el uso de la fuerza para imponerse sobre ellos, sea a través de la represión armada, encarcelamientos, desapariciones y otros trucos de la «civilización», donde los indígenas difícilmente ganarán por falta de experiencia en estos avatares. Algo parecido al encuentro entre españoles e incas donde la experiencia bélica de los europeos españoles fue el gran aliado frente a los militares incas, pues Europa ha vivido siglos de enfrentamientos en el acomodo y reacomodo de los reinos y reinados, experiencia que el joven imperio inca no tenía, de tal suerte que los intereses del «desarrollo económico» del Estado hará de nuestras comunidades indígenas fácil presa que la solitaria resistencia de los rebeldes no podrá revertir. Es posible que los indígenas pierdan soga y cabra y los triunfadores (nosotros) al servicio de la voracidad capitalista permitiremos destruir nuestra Amazonía sin la menor intención de enmendar. Espero equivocarme y surjan por ahí grandes acciones basadas fundamentalmente en el deseo de hacer justicia que bien puede ser tarea de curas y pastores, a quienes es mejor verlos trabajando a favor de las comunidades indígenas y de la madre naturaleza que ocupados en amasar fortuna haciéndole creer a la feligresía que Satanás existe. Para ello les sugiero reunir a la modernidad, a los indígenas, a la sociedad, a la reflexión y a la conciencia mundial para trabajar las siguientes interrogantes:

¿Es moralmente lícito destrozar la naturaleza por beneficios económicos? Interrogante para la modernidad.

¿Es económicamente conveniente cuidar la salud ambiental desechando el desarrollo moderno sin otra alternativa?    Interrogante para los indígenas.

¿Es posible combinar ambos intereses?      Interrogante para la sociedad.

¿Es mejor la razón de los indígenas, o es mejor la de nosotros?  Interrogante para la reflexión.

¿Querrá la comunidad mundial apoyar la guerra santa de los pueblos indígenas o se aprovecharán también de ellos?…….Interrogante para la conciencia mundial.