La ciencia y la tecnología fueron dos de las bases fundamentales para el desarrollo, o si quieren llamarlo el crecimiento de los Estados Unidos de Norteamérica, de los países europeos, de los países asiáticos, de Chile y ahora del gigante país, Brasil. Pero, para construir estos dos pilares se necesita gente bien preparada, sea de cualquier partido político, identificada con su país o su región y especialmente dinero, ya sea estatal o privado. Eso no está ocurriendo en nuestro país, menos en nuestra región, a cuyas instituciones como las universidades, los tecnológicos, los institutos de investigación como el IIAP, les dan limosnas; es más, se atreven a quitarle lo poco que le dan para construir obras que planifican las autoridades. Es necesario, indispensable entender que invertir en ciencia y tecnología, además de otros temas, es fundamental para desarrollar nuestra Amazonía, de lo contrario vamos a estar siempre hablando de posibilidades lejanas de desarrollo sostenible. En el mundo existe cualquier cantidad de organismos que pueden capacitar a nuestros mejores alumnos egresados de universidades en aspectos científicos y generar tecnología para aplicar específicamente en todas las áreas de nuestra región. Si el estado central no lo hace que lo hagan los gobiernos regionales y locales, que nuestras próximas autoridades elegidas y reelegidas inviertan en este rurbro. El Instituto de Investigaciones tiene cualquier cantidad de resultados en producción de peces en cautividad, pero aún falta más, para eso se necesita innovaciones no sólo en equipos modernos, sino en capacidad profesional. Por ejemplo, le podrían solicitar al IIAP que consiga animales y plantas que mediante mejoras genéticas podrían convertirse en limpiadores de los residuos industriales. La UNAP, por ejemplo tiene un proyecto de humedales donde existen siete u ocho plantas que son capaces de absorber los residuos de las actividades industriales. En la Universidad Científica del Perú, se está iniciando un proceso de formación de base para generar tecnología con la participación de gobiernos locales, de comunidades, y estoy seguro que como es una institución privada va a tener recursos para conseguir los resultados que ha planificado y está planificando en sus diversas facultades, lo que le permitirá conseguir cantidades de dinero y equipo y capacitación para sus profesionales, a fin de cumplir con sus objetivos. Es necesario entender, también, que los institutos de investigación y universidades deben demostrar la rentabilidad de sus proyectos de ciencia y tecnología mediante la venta de sus productos, especialmente al exterior, para autofinancia rse y generar una economía sostenible en el tiempo y el espacio. De esa manera y ya le hemos sugerido a nuestros amigos del IIAP que estos productos (alimento vivo, algas para limpiar basura residual, piscicultura), sea ofertado a los grandes mercados del extranjero para no estar dependiendo de un estado centralista. Creo que con la gestión y la filosofía de trabajo que le imprima el actual rector, sus funcionarios y sus decanos, lo van a lograr, lo mismo que en el Instituto de Investigaciones de la Amazonía peruana. Pero, que estos experimentos sean participativos, sean consultados con los sectores populares para saber sus necesidades y satisfacerlas. Tenemos, pues, en nuestro medio, no sólo recursos naturales para darles valor agregado, sino instituciones como las ya mencionadas para hacer el desarrollo sostenible. No gastemos en ciencia y tecnología, invirtamos bien y verán que dentro de pocos años podemos ser potencias mundiales. Y no sólo existen estas instituciones, sino individuos y empresas loretanas como Amazon Business &Consulting y CRETA que tienen experiencia y capacidad y pueden desarrollar proyectos independientes, sin hacer consultorías irregulares. Demos oportunidad a todos y todos serán beneficiados.