Investigación para el desarrollo

Escribe: Orison A. Pardo Matos

Pensaba escribir sobre varios temas, reiterativos, que llevara por título «ARANDO EN EL MAR», cuando de pronto leo una invitación del IIAP para asistir a la presentación de un libro referido a la «EVALUACIÓN HIDROBIOLÓGICA EN LOS RÍOS ARABELA Y CURARAY CUENCA DEL RÍO NAPO».

Asistí al acto llevado a cabo en el Auditórium «JAIME MORO SOMMO» y la verdad que salí fortalecido en mi entusiasmo al constatar que el futuro de nuestra gran Región Amazónica va por buen camino muy a pesar de sus frustrantes gobernantes.

Estuvieron presentes en la concurrida reunión el presidente del IIAP, el ministro del Ambiente, el gerente de la empresa transnacional Perenco auspiciadora de la investigación llevada a cabo, así como autoridades académicas y de la Marina de Guerra del Perú y el cónsul de Francia.

Los ríos Arabela y Curaray, tributarios del río Napo, al cual también incluye el estudio en el aspecto biológico y de los impactos negativos que podrían derivarse de la posible construcción de una hidroeléctrica en dicha zona. Es importante conocer.

Fue importante ver en la reunión la presencia de los APUS representantes de las comunidades sobre cuyo entorno ambiental desarrollará sus actividades la empresa Perenco.

Como bien ha sido referido por el equipo técnico integrado por brillantes expositores investigadores – Carmen García Dávila – Werner Chota Macuyama – Aurea García Vásquez – coordinados por Salvador Tello Marín, el estudio representa una línea de base que fija los parámetros que deben respetarse para no afectar el equilibrio ecológico y cuidar la salud y la vida de quienes habitan en esas cuencas hidrográficas que son seres humanos, cuyo sustento vital está en el agua de esos ríos y en la riqueza hidrobiológica que albergan así como en la fauna de sus bosques.

Los que ahí viven no son, pues, ciudadanos de segunda categoría, como alguna vez un gobernante los calificó de manera discriminatoria y poco inteligente.

Me precio de haber contribuido a crear el IIAP, en aplicación del mandato de la Constitución de 1979 y más aún el de haber gestado la Ley 24593 en virtud de la cual se transfirió el laboratorio del Instituto del Mar del Perú de Iquitos, en cuyas instalaciones el IIAP desarrolla investigaciones piscícolas de cuyos resultados viene el gran impulso a la crianza de diferentes especies de peces, fuente de proteínas para la alimentación de nuestro pueblo; esta nota, me permite recordar con afecto y gratitud a mi compañero de carpeta del colegio CNI, integrante de la Unidad Escolar Óscar R. Benavides, al Doctor JAIME MORO SOMMO, hombre de ejemplar probidad, a cuya iniciativa se adquirió el local del IIAP y se sentaron las bases de esta importantísima institución. Rindo homenaje a su memoria.

Concluyo este breve comentario con un fraterno saludo y felicitación al doctor Luis Campos, dinámico presidente del IIAP, que por segunda vez con gran acierto ocupa dicho cargo; de igual modo al doctor Denis del Castillo, quien también le imprimió dinamismo y defendió, en su momento, la autonomía del instituto.

La investigación en nuestra Región es necesaria y útil en estos tiempos de avasallamiento y cambio climático. Hay quienes creen todavía que la inversión debe venir como sea, sin parámetros ni responsabilidad. ¡Están equivocados! Vale la pena resaltar aquí una frase certera de Joaquín García Sánchez. «HAY QUE EJERCER SOBERANÍA SOBRE NUESTRA BIODIVERSIDAD»

Sobre esa base, el IIAP debe ser el organismo rector de las políticas, planes y proyectos de aprovechamiento de nuestros recursos naturales, señalando como en el caso que nos ocupa, las líneas de base para cualquier actividad que tenga que ver con el territorio, el ecosistema y el potencial de la biodiversidad amazónica.