Hace unos quince años que empezamos a escuchar de la presencia de dragas en los ríos Amazónicos de Loreto, y específicamente se trataba de la zona de Datem del Marañón, y nos quedamos sorprendidos pensando sobre lo que ocurría en Madre de Dios y que se estaría iniciando por acá.
Lo dejamos ingresar a nuestro territorio con la complicidad general y principalmente de quienes tienen la responsabilidad de prevenir, y en la actualidad las dragas, herramientas para sacar oro están infestadas en gran cantidad de zonas fluviales de la región.
Se aprovechan de la falta de movimiento monetario en las comunidades para captar apoyo en esta actividad delictiva que está haciendo un enorme daño a los ríos con todas su riqueza ictiológica y el suelo con la vegetación en esta parte de la Amazonía.
Estamos enfrentados porque en las comunidades hay quienes quieren proteger la naturaleza y existen quienes no les importa porque es un trabajo que han conseguido, lo que es explicable frente a la pobreza y pobreza, y la débil presencia del Estado.
Pero, lo que más sorprende son los reportes sobre la destrucción de las dragas sea por el río Nanay, Napo, Marañón, y otros, como resultados eficaces contra la extracción ilegal de oro, cuando sólo se está atacando superficialmente el problema. La prueba está en que de inmediato se construyen nuevas dragas y siguen las operaciones.
Es como cuando se magnifica la lucha contra la microcomercialización de drogas, cuando sabemos que ellos existen porque hay abastecedores poderosos, una policía antidrogas sin el respaldo necesario, además de consumidores locales y extranjeros que sostienen el interés por los estupefacientes.
Se diría que mientras las investigaciones no neutralicen la raíz de estos problemas, estos seguirán recomponiéndose y así todos nos estamos engañando y nuestra región cada vez con un peor futuro, más que desde el Congreso de la República se apunta a legalizar el negocio aurífero con leyes de pantalla que tienen otro trasfondo. La codicia sigue avasallando a la patria.
Infestadas
