Las calles de la ciudad capital de la provincia de Loreto cada día que pasa se convierten en una “tierra de nadie”, donde los robos al paso, hemos pasado a los crímenes a mano armada al paso, y ahora las bandas de motocarristas que persiguen a otros vehículos similares, principalmente, motos, para en cuestión de segundos arrancharle las cosas de valor de indefensos ciudadanos.
Y lo que preocupa es el aumento de las diversas modalidades de robos contra pobladores de Iquitos que como muchos quedamos casi en manos de los asaltantes, que vale mencionar pueden estar ebrios o hasta haberse drogado, condición que hace que no midan sus palabras y sus acciones violentas al momento de atacar a sus víctimas.
Por supuesto, que ese estado no los hace impunes ante la ley, al contrario, es un atenuante al tener en sus manos, generalmente armas punzo cortantes y hasta pistolas, que puede ocasionar la muerte a las víctimas como ya ha sucedido, como que también la respuesta ciudadana cada día pareciera volcarse a las calles en defensa propia.
Esta última semana ha sido muy tensa en cuanto a los asaltos diarios, lo que nos va convirtiendo en una de las ciudades más violentas en las estadísticas nacionales. Las alarmas están encendidas desde hace un buen tiempo, pero todo sigue casi igual, a pesar de los esfuerzos que se realizan desde dentro de la institución policial.
Ante enemigos dispersos las estrategias parecen diluirse, sin embargo, es importante destacar el apoyo de los miembros del serenazgo como soporte en la lucha contra la delincuencia de los 4 distritos: San Juan, Belén, Iquitos y Punchana. También los resultados del trabajo de la inteligencia policial ha sido positivo, pero insuficiente, se espera que en este mes de agosto del aniversario de la Policía Nacional del Perú, se atendidos en cuanto a las carencias para realizar un efectiva lucha contra la eliminación del accionar delictivo urbano y ribereño.