No porque la autoridad educativa de Loreto haya dicho que hoy 1 de marzo se inician las clases, esto se va a dar. Durante esta última semana los noticiarios y los diarios han dado cuenta de lo mal que se encuentran las instalaciones de muchos centros educativos.
Entre los más pintados, de prestigio diríamos, están el declarado «emblemático Mariscal Benavides», (que nunca fue colegio, sino una gran unidad escolar, donde estaban el C.N.I, el Instituto Politécnico del Oriente y el Instituto de Comercio Fernando Lores Tenazoa) donde faltan aulas y más de doscientas carpetas, seguido por el colegio Sagrado Corazón, que en épocas pasadas, cuando estaba regentado por las Madres Franciscanas de María, era el mejor centro escolar de mujeres, donde se formaron muchas jóvenes que con el correr del tiempo destacaron en diversos quehaceres técnicos, empresariales y profesionales. El Sagrado Corazón, como el Colegio República de Venezuela, estaban hasta hace unas horas, con el servicio eléctrico cortado por falta de pago. El primero ha comunicado a los padres de familia que el inicio del año escolar se dará más adelante, hasta nuevo aviso.
La pregunta es: ¿cuándo se comienza a revisar las instalaciones de los centros educativos? parece que a una semana del inicio de clases. Mientras tanto, el deterioro por la humedad y la falta de mantenimiento hace mella en los locales y en el mobiliario, hasta que a escasos días, alguien sale a declarar que el inicio de clases no será posible en la fecha programada, porque los locales no ofrecen las comodidades y garantías de seguridad al alumnado. A los colegios afectados, se suman las instituciones educativas de los pueblos del interior de la región, que por las inundaciones no podrán recibir a sus alumnos.
Es inaceptable que se retrase, por una u otra causa, el dictado de clases. Luego vendrán los paros y huelgas de los maestros, las celebraciones de los días del calendario cívico escolar, el desfile de julio, para el que hay que ensayar desde junio, perdiendo valiosas horas de clase y, para coronar, hasta los cumpleaños de los maestros.
Con razón la educación en nuestra región está entre las peores. No hay la vocación de los maestros de antes, no hay la mística del maestro o de la maestra que dedicaba su talento, sus conocimientos y su voluntad en construir en cada joven un hombre con valores, recibiendo el mejor ejemplo de ellos mismos. Miren el futuro que le espera a Loreto.





