– Petroperú trató de ocultar lo ocurrido
Un nuevo derrame de combustible se registró la noche del último domingo en el centro poblado de Barrio Florido, distrito de Punchana, ubicado a cuarenta y cinco minutos en peque peque del puerto de Bellavista Nanay, bajando el río Amazonas.
El derrame fue denunciado por los mismos pobladores la mañana de ayer, quienes dijeron que debido al fuerte olor a gasolina, muchos niños tuvieron que ser llevados a la posta, el derrame se registró en un pequeña quebrada que es afluente a la quebrada Ramírez, cuyas aguas desembocan en el río Amazonas.
La Región llegó hasta el mismo lugar del derrame, ahí ya se encontraban los trabajadores de la refinería de Petroperú, tratando de remediar el daño ecológico causado por el derrame de siete barriles y medio de gasolina de alto octanaje; en un primer momento personal de la refinería trató de ocultar lo ocurrido, pero al verse descubiertos se hicieron a un lado.
Según datos alcanzados a este diario, el hecho se registró a las siete y media de la noche del último domingo, y recién a las ocho de la noche personal de la refinería se percató del hecho por lo que de inmediato activó su plan de contingencia en casos de derrame.
La gasolina que fue a parar a las aguas de esta quebrada, provocó la muerte de muchos peces, como daño a la vegetación y al ecosistema, los obreros utilizando recogedores y baldes retiraban la gasolina que era almacenada en varios barriles.
De acuerdo a las declaraciones del ingeniero Arturo Reátegui, responsable de Petroperú en Iquitos, lo ocurrido es un incidente de operación ocurrido dentro de la refinería, donde se registró una fuga de combustible que fue a parar en una pequeña vertiente que, según dijo, no afecta a la quebrada Ramírez, principal fuente de agua de la población de Barrio Florido.
Ahora lo que pide esta población es agua potable y sanción para la empresa de Petroperú, pero este pedido es de un pequeño grupo de personas, debido a que la gran mayoría tiene un familiar trabajando en la refinería, por lo que prefieren callar y no denunciar el derrame ante el temor que su hijo, esposo o hermano pierdan el trabajo. (G.Ross)
Si esto es cierto, alguien habría de invitarle un panguito con pescado de la Quebrada Ramirez al Ing. Reátegui y al eficiente personal que tiene a su cargo el cuidado medioambiental de la refinería, a ver si siguen pensando que se tratata de un incidente sin importancia.