A pocos días de terminar el quinto mes del presente año y por ende a puertas del inicio del mes más turístico de la ciudad de Iquitos y de gran parte de la Amazonía peruana por la festividad de San Juan, seguimos medio estáticos mientras otros afianzan sus espectáculos regionales y promoción turística.
Una de las mejores organizaciones se las lleva el Cusco, donde los preparativos fueron dados con anticipación y eso, porque el turismo es uno de sus mejores ingresos, y lo más fuerte en ese rubro. Allá hay toda una historia milenaria incaica que se vende turísticamente muy bien.
Por acá tenemos una historia milenaria por seguir descubriendo con más de 40 pueblos indígenas con propio idioma y costumbres, con una riqueza cultural increíble, vigente, así como nuestros queridos compatriotas cusqueños que mantienen una originalidad semejante a como fueron hace cientos y cientos de años.
Lo del Cusco es una impresionante gala turística, que acá a nosotros nos falta organizar, seleccionar, articular, en sí, falta todo un plan integral de nuestras riquezas turísticas, que incluya todo el circuito del buen recibir o trato a los visitantes, que seamos sensibilizados en el objetivo de hacer del turismo el mejor rubro para nuestro éxito económico.
Tenemos mucho que ofrecer, como la naturaleza hermosa que nos rodea y todavía no la valoramos en su gran dimensión, sumado a la biodiversidad que compartimos con otros países amazónicos.
Estamos a tiempo de focalizarnos en las enormes posibilidades turísticas que tenemos para generar empleo, para elevar nuestra economía y calidad de vida, y así desterrar todo lo que contamina a nuestra hermosa naturaleza. Hagamos de nuestra zona un paraíso terrenal, capaz de atraer a millones de visitantes.