FRENTE AL CAOS

José Álvarez Alonso

Luego de la desastrosa gestión municipal de Salomón Abensur (más bien podría decirse, falta de gestión) el caos vehicular se ha incrementado en Iquitos hasta niveles insoportables. Basta circular por una calle céntrica en hora punta para convencerse que las calles no dan para más. Parece que  la nueva gestión de Charles Zevallos está queriendo enfrentar (¡por fin!) el problema, y los funcionarios de tránsito se han reunido con los dirigentes de los motocarristas para estudiar alternativas. Una de las que se ha propuesto consiste en restringir el funcionamiento de motocarros en días alternados: aquéllos cuyas matrículas terminan en pares circularían unos días de la semana (digamos lunes, miércoles y viernes), y los que terminan en impares los otros días (martes, jueves y sábados); domingos circularían todos. Medidas similares se han aplicado en ciudades con graves problemas de contaminación, como Los Ángeles, en EE.UU. Pero es una medida extrema que dudo mucho que tenga acogida entre los motocarristas, la mayoría de los cuales viven “del diario”, y ni siquiera tienen para una tanqueada de gasolina cuando comienza un nuevo día.

Lo irónico es que mientras se discute el problema de la saturación de vehículos en el casco urbano, todos los días se ve en la calle motocarros nuevos, que circulan sin placa de rodaje ni ningún tipo de identificación; un número de éstos, además, ya andan desde el primer día con el tubo de escape “huequeado”, sin silenciador, y torturando impunemente a los vecinos. Muchos de ellos seguro que no tienen permiso de operaciones, pero la Policía Nacional parece no darse por aludida. Es más, según se ha informado recientemente, aproximadamente un tercio de los motocarros circulan sin placa de rodaje, es decir, ilegalmente, dado que este requisito es obligatorio según la normatividad vigente. Un caldo de cultivo perfecto para la delincuencia, la impunidad y el tráfico de vehículos.

Ahí tienen una medida para ayudar a mitigar el caos vehicular y la congestión de las calles de Iquitos: Señor Alcalde Charles Zevallos, saque de las calles a los motocarros y motos sin placa de rodaje, sin permiso de operaciones, sin silenciador, manejados por menores de edad sin brevete, o con multas por infracciones graves sin pagar, y habrá reducido el problema de la saturación vehicular de Iquitos al menos en un tercio, además de solucionar de paso otros gravísimos problemas en nuestra ciudad: el insoportable, dañino y evitable ruido producido por indeseables con complejo de Meteoro; el número de accidentes (porque los informales y ruidosos, por su forma agresiva de conducir y su mentalidad antisocial, son causantes del mayor número de accidentes); y el número de robos, atracos y violaciones “al paso” (porque el perfil de estos delincuentes es el mismo de los que sacan el silenciador a su vehículo: jovenzuelos ignorantes, fumones, borrachines o desadaptados, que usan el motocarro para pagar sus vicios, hacerse notar ostentando su complejo de inferioridad, y cometer sus fechorías cuando se presenta la oportunidad).

Y si saca de las calles a estos indeseables, estará ayudando a los esforzados padres de familia que sí manejan motocarro para ganarse la vida, y no para vicio. Una medida así es lo que se llama “matar tres pájaros de un tiro”.

Por descontado, debe suspenderse radicalmente, y por tiempo indefinido, la entrega de nuevos permisos de operaciones para motocarros. Éste ha sido un reclamo permanente de los gremios de motocarristas desde hace años, porque ven cómo se incrementa la competencia y bajan sus ingresos, al tiempo que empeoran sus condiciones laborales en calles cada vez más congestionadas y contaminadas. Ya bastante daño hizo la desidia del alcalde anterior: si se hubiese respetado la suspensión de nuevos permisos de operaciones aprobada por la gestión de Juan Carlos del Águila, el problema no se habría agravado tanto; en estos últimos cuatro años deben haber salido a circular entre 3,000 y 5,000 motocarros nuevos, que nunca deberían haber salido a las calles, salvo para reponer a vehículos viejos certificadamente retirados de circulación. Pero claro, los permisos de operaciones son una fuente suculenta de ingresos propios, y las firmas vendedoras de motocarros también saben pagar favores…

Hay otras medidas que pueden ayudar a limpiar la calle de los conductores indeseables y de sus vehículos: debe aplicarse el reglamento de tránsito y el código penal, y deben endurecerse las medidas para castigar a los infractores, incluyendo la retirada temporal o definitiva del brevete por las infracciones más graves. Me gustaría saber cuántos brevetes han sido retirados el año pasado por la Policía por faltas graves (como manejar borracho o conducir de forma irresponsable poniendo en peligro la vida de sus pasajeros y de terceros). Sospecho que muy pocos, cuando todos sabemos que en horas de la noche pululan los borrachos, drogados, delincuentes y ruidosos manejando como locos por las calles de Iquitos. Tolerancia cero: si se aplicase la ley a rajatabla, en pocos meses las calles de Iquitos lucirían bien diferentes. “El miedo cuida la viña”, decían las abuelas.

Y, finalmente, hay algo que se requiere en esta ciudad urgentemente: permisos especiales de manejo para vehículos menores de transporte de pasajeros, esto es, para motocarros. Es inadmisible que quien tiene bajo su responsabilidad la vida de otra persona no tenga mayor preparación que un permiso de conducir de motocicleta. En cualquier país semicivilizado del mundo los conductores de vehículos de pasajeros, mayores o menores, requieren de preparación especial, y pasan pruebas especiales, incluyendo estrictas pruebas sicológicas. Aquí, cualquier “autista moral”, delincuente de poca monta, antisocial redomado, puede agarrar un vehículo y manejar a su antojo, maltratando a sus pasajeros, saltándose todas las señales de tráfico, circulando temerariamente a toda velocidad, poniendo en peligro la integridad y la vida de sus pasajeros y de otros conductores, y aprovechando cuanta oportunidad se presenta para violar la ley.

Para ayudar a ordenar un poco la legítima y sufrida profesión de motocarrista es más que urgente una escuela de manejo de vehículos, que prepare adecuadamente a los candidatos, y un carnet especial de conductor de vehículos de pasajeros, que debe ser otorgado a quienes no sólo demuestren que conocen las normas de tránsito y las leyes básicas de convivencia, sino que tienen dos dedos de frente, un razonable equilibrio psicológico, y un mínimo sentido moral y de respeto por los derechos de los demás.