Involucrados como ya estamos todos los peruanos en los trajines propios de la realización de una segunda consulta popular para elegir un nuevo presidente del país, nos encontramos con una serie de altibajos en la campaña que ambos candidatos (Ollanta Humala y Keiko Fujimori) viene desarrollando, para atraer hacia sí, la confianza de un electorado que pese a ser el mismo de la primera vuelta, aún tiene sus recelos en cuanto a la sinceridad de ambos candidatos.
Uno de los primeros en procurar una imagen que lo muestra conciliador y sereno, en la segunda vuelta, lejos de su modelo natural conocido como levantisco y agresivo, ha sido y sigue siendo Ollanta Humala; sin embargo, las buenas intenciones manifestadas en sus recientes apariciones colisionan con una verdad inocultable, como es la negativa hasta ahora de la firma del Acuerdo Nacional, documento que presume de ser vinculante en su cumplimiento sí o sí, por parte de ambos candidatos.
Según la opinión de destacados politólogos, firmar el Acuerdo Nacional permitirá a los contendientes dar seguridades a los ciudadanos votantes sobre el cumplimiento de las promesas vertidas o transformadas, así como del mantenimiento del modelo democrático por quienes quieren gobernar el país, dando así tranquilidad al país.
Por su parte el secretario ejecutivo del foro de diálogo que organiza el acto de firma del acuerdo, ha señalado que se nombrará una comisión especial que tendrá como objetivo principal, contactar con ambos candidatos para ilustrarlos sobre las ventajas de credibilidad que significaría aceptar su contenido.
Como se sabe, al igual que Ollanta Humala, antes de la primera vuelta, Keiko Fujimori lucía desafiante y hasta soberbia, anunciando el indulto a su padre, cosa que le costó un importante contingente electoral; luego de asegurar su presencia en la segunda vuelta y tomando en cuenta el episodio que mencionamos, da marcha atrás y niega tal acto inicial (el de liberar a su padre) en un hipotético gobierno suyo; pero eso, nadie en el Perú se lo cree; de allí que sea importante advertir a los citados candidatos y a sus partidarios de la importancia que tiene avenirse a firmar un acuerdo que, repetimos, garantizará a la ciudadanía el fiel cumplimiento de las promesas vertidas, luego de realizar las enmiendas respectivas. Eso esperamos.
Nos vamos con Ollanta es la seguridad que requiere el país para traer prosperidad y el cambio al Perú, Gana Perú, crece con el apoyo de muchos simpatizantes que hacen llegar las propuestas sin distorsión que se hace del Plan de Gobierno, con Ollanta, honestidad que marca la diferencia.