- Moradora del caserío Panguana I zona, Sra. Silvia Paredes
“Nosotros participamos en una reunión que fue convocada por los ingenieros de esta empresa Cacao del Norte, donde nos informaron que el terreno del señor Rufino ya había sido comprado por la empresa y de los cuales nos daban tres meses de plazo para trasladar o retirar a nuestros muertos, porque el área incluía a nuestro Cementerio comunal”.
Es el recuerdo de la señora Silvia Paredes, moradora del caserío Panguana I zona, donde atravesaron un enfrentamiento con el personal de la mencionada empresa. “Lo que querían hacer era una carretera pasando por nuestro cementerio, una vía de acceso a sus territorios. Lo que nosotros no podíamos imaginar que los tractores tendrían que pasar sobre los restos de nuestros abuelos, padres, hermanos o hijos.
Al enterarnos esto los moradores del caserío nos pusimos tristes y empezamos a averiguar qué podíamos hacer, y consultamos a los panguaninos que por razones de superación vinieron a Iquitos, para que nos orienten, si está correcto o no que nos quieren desalojar de nuestro cementerio.
Ellos convocaron a una reunión a los ingenieros, quienes cambiaron su versión y dijeron que nosotros podemos seguir con nuestro cementerio, lamentó que no contaron con una grabadora para poder demostrar que eso era verdad.
Los panguaninos de Iquitos nos dieron este respaldo y en una reunión nos explicaron que tenemos derechos sobre nuestro cementerio, que para un pueblo como Panguana I zona representa un patrimonio. Nosotros quedamos fortalecidos. Aunque está pendiente la situación legal de esos territorios, por lo que ellos consideran un abuso por parte de la empresa Cacao del Norte”.
Fue uno de los dos testimonios dados ayer en la presentación del libro Acaparamiento de Tierras en la Amazonía Peruana, del autor Juan Luis Dammert Bello. (Diana LM.)