Casi en todo orden de cosas estamos mal. Las estadísticas nos reportan por ejemplo que del 100% de casos que recibe la policía, el 60% es por violencia familiar. Los ciudadanos por su lado reportan que cuando solicitan la intervención policial por casos de violencia intrafamiliar no siempre acuden oportunamente y otras no aparecen en ningún momento, y en otros casos la voz al hilo del 105 orienta que mejor se acerque a la comisaría la persona que desee realizar la denuncia.
Otros filtros que reportan casos de violencia familiar es el personal de las instituciones educativas que generalmente ocurre cuando el menor de edad ya tiene signos de alteración emocional o marcas en el cuerpo por lesiones de golpes realizados por su mamá, papá o alguien del entorno familiar del niño.
Así, notamos que los casos en este tipo de violencia aumentan porque muchos toman la decisión de hacerlo al no encontrar otra solución, buscan ayuda profesional de las autoridades competentes en la materia, aunque en muchos lugares estas oficinas sociales apenas están implementadas, es casi una bendición que cuenten con un equipo conformado por asistentes sociales y psicólogos, y que a su vez, cuenten con las herramientas y materiales para realizar eficientemente su trabajo.
Las estadísticas a las que hemos hecho mención, nos están mandando una alerta del tipo de sociedad que se está germinando para un futuro no muy lejano, unos 10 o 20 años, porque la mayoría de las víctimas son niños y niñas y adolescentes, por lo que hasta ese número de años estarán entrando a la adultez o ya serán potenciales adultos. Con qué tipo de personalidad, es la pregunta que necesita una respuesta urgente.
Y que esa respuesta nos lleve como ciudadanos a exigir que la inversión pública se oriente también a la formación de personas con calidad humana, que los presupuestos no solo se orienten a obras de infraestructura, que es necesario, pero, será incompleta, si no se contempla que su implementación sea la más adecuada.
En el caso específico de atención de casos de violencia familiar, se necesita espacios físicos (una infraestructura) con el personal idóneo (recursos humanos) para la atención de los casos y la implementación que el caso amerita (como materiales lúdicos), para el mejor desempeño de su función.





