- El Hospital Iquitos advierte que la exposición afecta principalmente a niños y gestantes, y que el daño puede ser irreversible.
El doctor Carlos Coral, director del Hospital Iquitos y especialista en infectología, explicó que el mercurio afecta directamente el sistema nervioso central, generando temblores, cefaleas, mareos, depresión y un deterioro progresivo que puede llevar a las personas a perder su autonomía.
El especialista destacó que el riesgo más alto se presenta en niños y mujeres gestantes, ya que el metilmercurio presente en los peces “atraviesa la membrana celular, la barrera placentaria y también la leche materna”, lo que puede ocasionar trastornos del neurodesarrollo, entre ellos el autismo.
Coral advirtió que el daño ocasionado por esta intoxicación progresiva es irreversible y que, aunque muchas veces pase desapercibida, la sustancia se acumula en el organismo. Recordó el caso de Minamata, en Japón, donde la contaminación por mercurio dejó miles de víctimas y secuelas que se extendieron por generaciones.
Por su parte, la licenciada Iris Mori, coordinadora del Programa de Metales Pesados del Hospital Iquitos, señaló que el establecimiento recibe pacientes de zonas expuestas a la minería ilegal y a la actividad petrolera. Sin embargo, precisó que no cuentan con una unidad especializada de hospitalización y que los tratamientos solo se aplican en casos agudos.
Ambos profesionales recomendaron intensificar las acciones de prevención para evitar una intoxicación masiva e irreversible. Propusieron implementar exámenes de descarte en niños y gestantes, así como elaborar un mapeo de las zonas de mayor riesgo, con participación de los centros de salud de primera atención.
Finalmente, el doctor Coral hizo un llamado urgente al Consejo Regional de Salud para que el tema sea asumido como prioridad. Asimismo, criticó la falta de conciencia de la población frente a este problema, advirtiendo que los efectos neurológicos del mercurio podrían estar detrás de las dificultades de aprendizaje que presentan muchos niños en Loreto. (K. Rodriguez)





