“Es importante mirar nuestros corazones, ver qué se tiene que mejorar, qué cambiar, repotenciar para dar lo mejor de nosotros”

*Habló el Padre Agustín Arévalo, capellán de la Marina de Guerra del Perú-Loreto.

Él asiste todos los viernes a la capilla del hospital regional a desarrollar una misa en favor de los pacientes, así como el personal que labora en ese nosocomio. Pero como este viernes es feriado, acudió el día de ayer a desempeñar la tarea religiosa. En la capilla ya lo esperaban pacientes, así como enfermeras y otros trabajadores.

En principio se le consultó sobre la actividad de la Purísima que se viene dando en el distrito de Punchana. “Para todos los católicos es una fiesta a celebrar por quien llamamos María nuestra madre.

La invocamos como la Purísima, proclamando como aquella que fue hecha pura y sin mancha. Dios la libró de tener cualquier pecado con miras a ser la madre del salvador. Purísima tenía que ser aquella que portara en su vientre al salvador”, dijo Arévalo.

Luego se conversó sobre la baja en la vocación de jóvenes para ser sacerdotes. “Espero que puedan surgir vocaciones en jóvenes para la iglesia porque hay mucha necesidad”, habló.

¿Por qué se da esa baja padre?

-En los últimos tiempos por el relativismo. Hay fuerte presión de parte de esta corriente relativista que hay en el mundo, se pone más la mirada en las cosas materiales, más la mirada en las cosas sociales.

Dejamos de mirar nuestro interior, nos enfocamos más en lo accesorio y no en lo esencial que somos nosotros porque el ser humano no es sólo cuerpo, sino también alma. A veces disponemos todo para el bien del cuerpo y nada para el bienestar del alma.

La fiesta de la Purísima tendría que hacer mirar nuestro interior, ver cómo estás. Si a lo mejor estás manchado, con resentimientos, odios, rencores. Cercanos a la fiesta de Navidad es importante mirar nuestros corazones, ver qué se tiene que mejorar, qué cambiar, potenciar para dar lo mejor de nosotros.

Nuestra sociedad va a mejorar en la medida que nosotros mejoremos porque somos parte de ella. Si la familia que es el núcleo de la sociedad, mejora entonces se fortalece, se aviva. Obviamente los valores y principios que necesita la sociedad, se van a fortalecer.