Otro caso de corrupción en la policía nacional ha venido a notificarnos que no estamos precisamente en el mejor de los mundos. Y para corroborar el aserto un policía de tránsito se da a la fuga luego de accidentar a una pareja.
La preocupación de la colectividad está en que si algunos miembros de una institución como la policía de nuestro país están actuando así, es porque no hay una identificación con los más altos valores que un servidor público debe tener siempre presente en el desempeño de sus funciones.
Lo más llamativo en el caso de corrupción denunciado públicamente por la periodista Nancy Alarcón, es que se dio precisamente en la dirección contra la corrupción de la PNP. Cosas así, no se dan del diario.
Otro aspecto especial en el tema que nos ocupa, es que el director de esta dirección, había estado trabajando hasta hace poco en la Contraloría de la República.
Preocupante resulta que un ex funcionario de tan importante institución haya estado utilizando los fondos de una especie de caja chica, dedicada a ciertas adquisiciones y la comida de quienes laboran bajo su mando, de una manera nada santa, ya que se han encontrado documentos que sustentan los gastos, pero de forma fraudulenta, con sobrevaloraciones escandalosas como la compra de un par de planchas de triplay por trescientos nuevos soles, además de otras del mismo estilo.
En el otro caso, que un policía de tránsito, preparado en la escuela para hacer cumplir la reglamentación del tránsito, sea precisamente quien lo infrinja de la peor forma, al darse a la fuga luego de accidentar a una pareja.
La sociedad solo espera que el alto mando de la PNP de nuestro medio, tome radicales medidas correctivas a este estado de cosas, para que el cáncer de la corrupción no siga minando las bases en que se sustenta esta institución tutelar de la patria.