- Opinó el Monseñor de la región Madre de Dios, David Martínez de Aguirre.
El obispo estuvo participando en la Cumbre Amazónica del Agua, que duró tres días en Iquitos y que culminó ayer con la firma de una declaratoria con las conclusiones y acuerdos de los diversos grupos de trabajo que participaron en dicha actividad. Declaratoria que será expuesta en la COP30 a desarrollarse en Brasil.
Siempre que se conoce una tragedia más de la cuenca del Nanay (como el cambio de color del agua original), se expresa que esa zona va camino a parecerse cada vez más a la tragedia causada por la minería ilegal en Madre de Dios. Por ello, consideramos importante entrevistar al Monseñor de esa región.
Brevemente se recordó el paso del Papa Francisco por ese lugar, quien había solicitado tener un encuentro especial con los pueblos originarios de la Amazonía en Puerto Maldonado. “Eso nos llenó de mucha alegría y nos pusimos manos a la obra. Ese fue el sello de lo que el Papa ya nos había dicho que debíamos escuchar el grito de la tierra, el grito de los pobres”, dijo David Martínez de Aguirre.
Cómo ve el tema de la minería ilegal en su región, acá ya existe la minería en la zona del Nanay lo que genera gran preocupación porque muchos expresan que terminará siendo como la desgracia ocurrida en Puerto Maldonado ¿qué puede decir?
-Lo que está pasando hoy en el Nanay, hace 40 años pasaba en Madre de Dios. Hubo misioneros, sacerdotes, personas de las comunidades que avisaron en cuanto a que se venía un desastre terrible si es que eso no se controlaba, si no se le daba un orden, si no se medía como hacer las cosas.
No se hizo nada de prevención y a eso se sumó la construcción de una carretera interoceánica que facilitó el ingreso de miles de personas que vivían en bolsones de pobreza, por lo que fueron hacia Madre de Dios. Se vino una avalancha incontrolable de gente que buscaba un medio de vida, de trabajo y en ese “sálvense quien pueda”, se está produciendo un desastre brutal. Un desastre para la vida en todos los aspectos.
Un desastre para la propia vida de las personas porque las condiciones en que viven es de sufrimiento ya que en ese ambiente se generan inseguridades, hay trata de personas, balaceras, insalubridad etc. Un modo de vida en la búsqueda del oro para conseguir un modo de vida mejor, pero no sé si el precio de la mayor parte de los que viven en la zona minera, merece la pena.
Algunos hacen mucho dinero, pero yo no sé si es legítimo que una persona busque medios de vida para vivir, porque pienso y no creo que se debe hacer a cualquier precio. Sobre todo, cuando en ese precio está la vida de los pueblos, de todas las personas y la vida de todo el planeta.
¿Y tampoco da presupuesto el Estado para erradicarla?
-El Estado muchas veces entrega concesiones superpuestas a titulaciones. La presencia de las fuerzas del orden no siempre es efectiva, la población no lo siente efectivo. Hace años se hizo en Madre de Dios, la “operación mercurio”, una intervención tremenda de mucho dinero con las fuerzas armadas, policiales, el gobierno, incluso hasta federaciones mineras, para sacar a la minería ilegal de la zona de La Pampa.
Se dijo “cuidado y no se produzca el efecto globo”, que se expanda de ahí a otros lugares y se quede en nada el trabajo ejecutado. Y así es como ha ocurrido. Salieron a otros lugares, puede que incluso vinieron al Nanay, a Pucallpa, a otras zonas y luego, acabaron retornando a los sitios de donde salieron. Entonces la sociedad civil nos debemos organizar y decir qué vida queremos llevar. Qué futuro dejaremos a nuestros hijos.





