Elecciones: sigue la pugna

Casi a las puertas de la fecha decisiva para la culminación del proceso electoral en marcha, la grita opositora desempolva sus manidos argumentos para cuestionar el proceso electoral, exhibiendo tachas y denuncias en cuyo contenido se nota el  ánimo de desnaturalizar  la línea de acción del citado proceso, tachando a última hora a candidatos y listas, a sabiendas que dicho acto electoral ya tiene fecha determinada en cuanto a la realización de los comicios regionales y municipales, notándose en el cotarro político regional de Loreto, la alineación de conocidas y también desconocidas figuras del mundo y mundillo electoral, cada cual con sus identificaciones que esta vez amenazan multiplicarse en procura  de un sitial preponderante en la línea de llegada.

Tenemos que reconocer que si bien es verdad que el apasionamiento y la euforia priman en todo proceso de similar magnitud, también es cierto que la campaña a que aludimos va a requerir hasta su finalización, tanto esta como la de elección presidencial, de un consciente uso de la razón y un inteligente manejo de las perspectivas.

Entiéndase que tal recomendación la hacemos, pensando sobretodo en la inmensa masa juvenil que ahora  manifiesta una evidente mayoría  que tiene la certeza de estar trabajando para aquello que se llama paz y concordia, condiciones  que se precisan con carácter de urgencia en el país; y particularmente en la  región.

Se debe tener en cuenta que los personajes que elegiremos, incluyendo al posible presidente de la nación, deberá ser una autoridad de primerísimo nivel, con un amplio conocimiento de los problemas nacionales y  no  un jefe de patrulla ni  un conductor al que hay que seguir fielmente.

En esta ocasión elegiremos a un gobernante regional y uno local  para que se preocupen de llevar nuestros destinos, se entiende que coordinando planes de acción dirigidos a beneficiar tanto la infraestructura como las actividades que deben desarrollarse en procura del desarrollo social en sus respectivos ámbitos; en consecuencia tales actos dirigidos a lograr un cambio radical, aunque los elegidos discrepen o difieran en conceptos personales deberán abdicar de sus ambiciones y hasta de sus prerrogativas para conseguir que el cambio que nos lleve a una real descentralización  se de a plenitud, quedando como el logro de una ambiciosa empresa.

Es indudable que solo así, desarrollando un plan concertado podemos asegurar  que si se acuerda un  adecuado proyecto realizable al 100 por ciento, las generaciones futuras recibirán una región totalmente remozada. Eso es lo que la población deberá decidir con su voto en los próximos comicios, del mes de 03 de octubre de este año 2010;  Dios lo quiera.