- A una semana del intenso derrame petrolero, la empresa les envía una canasta ridícula de alimentos.
- Desde hoy se estarían intensificando medidas radicales en la zona afectada.




Tal como lo había advertido una madre de familia al escuchar a los representantes de Petroperú que enviarán una “canasta” de víveres para cada familia (272), recién ayer llegaron algunos productos de tercera o quinta categoría, de marcas poco conocidas o muy conocidas por los pueblos más pobres del Perú.
Siendo una emergencia humanitaria, una coyuntura difícil donde el hambre y la sed campean, Petroperú y quienes hayan colaborado con ella, en efecto envió esos productos en cantidad irrisoria. Mostrando hacia los pobladores un desprecio o consideración nimia a la hora de atender su alimentación.
La pobreza campea y seguirá campeando por muchas décadas más, mientras que el país cuente con autoridades indolentes. Petroperú próximamente tendrá la responsabilidad de administrar el Lote más importante del país por 30 años, quizá asociado con alguna otra empresa.
Si en estos momentos que no se está bombeando petróleo, trata así a una población contaminada de olvido hasta las entrañas del alma ¿cómo pensar que los tratará bien si más adelante se presenta otro acontecimiento mortal para la flora, fauna y seres humanos que viven por la zona?
Una semana, una semana ha demorado en enviar la canasta ridícula de alimentos. Su logística, quizá evocando a un expresidente del Perú que dijo que los indígenas eran ciudadanos de segunda, tercera o quinta categoría; programó la compra de productos de segunda, tercera o quinta categoría y encima, en pocas cantidades.
Si la comunidad estaba indignada al comienzo, ahora lo está mucho más ya que el pequeño lote enviado a una semana de la tragedia ambiental, llegaron esos productos que son custodiados por un empresario que hace la “limpieza” del petróleo, no por los dirigentes del lugar.
Siendo la principal empresa del Estado, contando con un gobierno que siempre se llena la boca diciendo que está ahí por y para el pueblo, tratan así a los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Lo único que parecen querer es zafarse del problema. No podrán.
No podrán porque las comunidades se están uniendo y han tomado el acuerdo que, desde hoy, impulsarán medidas radicales en el marco de su derecho a la protesta y la vida misma. Una vida cuyo hidrocarburo desbordado se las está quitando poco a poco. Lo que no podrán arrancarles nunca, es la dignidad y la fuerza indígena para defender a sus familias.
(Luz Marina Herrera Lama).





