Por: Pedro Mozombite – Profesor de Historia
El padre Joaquín García, OSA, lo describe: “Hombres como él son tan esenciales que, de no existir, habrían de inventarse. Sobrio en su estilo, distinguido en sus formas, vestía el tradicional pantalón beige y camisa blanca, … corbata negra. Le veo pasando al atardecer junto a mi oficina rumbo a la redacción de su periódico con la frente en alto. Un hombre entero, que, al fin de sus días, representaba la última gota de una generación que por inexorable designio del tiempo se fue, jamás he conocido a hombre más honrado… era pobre de solemnidad … noble, derecho, desfacedor de entuertos”
“De estirpe nautina, descendía de los colonos que llegaron de la selva alta a mediados del siglo XIX. Siendo niño se hizo amazonas abajo hasta llegar a Iquitos, donde transitaria por todos los azares y peripecias. Me impresionaba su adusta mirada, que ocultaba un corazón tierno y querendón. Cuando cayó enfermo y sospechó que serían aquellos los últimos latidos, se preocupó, incluso, de adelantar el pago de la renta. En su sepelio, solemne y sombrío, acompañaba a pie al féretro una larga caravana de autoridades y pueblo … la banda militar marcaba un ritmo lúgubre”.
Javier Dávila Durand, (columnista de Kanatari 2002) destacó los “Datos Históricos” de Alfonso Navarro Cáuper que en más de sesenta años supo mantener la columna periodística entre “El Oriente” y “El Eco”, “La Razón” y “Loreto Gráfico”, diarios de Iquitos y de constancia admirable que cumplieron el más notable rol en la actividad de informar del siglo pasado. Lo buscaban lo estudiantes, sí, por que les ofrecía la pagina de un libro diferente y único en una ciudad sin libros, … Vino de Nauta se apareció por aquí cuando hacer periodismo te consumía en la adversidad de escribir sin salario y sin cobrarte por publicarte el trabajo.
Era un genio. Hasta hoy no he podido entender como hacia para escribir y ver el juego al mismo tiempo. Era el tiempo de la tipografía y era un lujo, para los asombrados lectores, recibir un diario con alguna crónica suya.
Moisés Panduro Coral, (Columnista Kanatari, 2002) Cada vez que pasaba por la primera cuadra de la calle Nanay presentía que aquel viejito que me devolvía el “buenos días” era un hombre especial. Yo venía de otras tierras, acababa de ingresar a la UNAP … y siempre me resultaba grato verle allí. Impecablemente vestido. Después supe que se trataba de Luis Alfonso Navarro Cauper, a quien Kanatari N° 800 describe como “uno de los personajes más memoriosos de la vida de Iquitos”.
Yo llegué a conocerlo casi al final de su vida en una ciudad que empezaba a conocer, de interesarme por su memoria, de generarme una vocación navarrocauperiana. Me hubiera querido tratar con él, conversar sobre todo cuando revisamos archivos viejos y descubrimos que nuestra ignorancia seria tremenda sino contáramos con esos papeles y periódicos tan meticulosamente guardados por él …
Fue conocido en Iquitos para sus amigos como Luisito, el nautino, nacido el 10 de junio de 1895. Fue escritor y gran periodista.
Un ilustre personaje loretano, que ha dedicado su vida a destacar la importancia de la vasta región de Loreto, ha escrito sobre la historia de su amada tierra, “Apuntes sobre Nauta” pero es curioso que a este insigne personaje su gloria quedó en el olvido en su natal ciudad, ni una escuela, caserío, asentamiento humano, barrio, pasaje o calle lleva su nombre. Las autoridades nautinas de esos años al crearse el Instituto tecnológico de Nauta, no había mejor honor de ponerle el nombre de Luis Alfonso Navarro Cauper, ya que ha aportado a la cultura de Loreto, una celebridad que ha trascendido en nuestra historia regional; su memoria queda lúcida en Iquitos en la inmortalización de una avenida que lleva su nombre, además de un colegio en Manacamiri (Maynas).
Esperamos que este personaje emblemático ilustre en la sapiencia de las autoridades nautinas de estos tiempos para que la honra de su nombre impregne en la mente de los niños, en el nombre de algún colegio de su natal ciudad. La municipalidad de Nauta le rindió homenaje cuando visitó y recordó sus primeros años y le reconoció en 1975 declarándole “hijo predilecto” por su amplia labor como periodista ejemplar de la región Loreto.
Nació cuando la Amazonía vivía la fiebre del caucho. Después de su adolescencia incursionó en la extracción cauchera, en un momento en que la fiebre del caucho llegaba a su fin. Desde su juventud se ha caracterizado por ser luchador social, ha participado en el levantamiento del capitán Guillermo Cervantes Vásquez en protesta del centralismo limeño por el extinto Estado Federal de Loreto.
Trabajó en el diario Eco, en el que comienza a escribir como redactor. Fue nombrado miembro del comité central Pro-celebración del IV Centenario del Descubrimiento del río Amazonas. Perteneció a la asociación de periodistas, con base en Lima, y pasa a ser miembro activo de la Biblioteca Pública de Loreto. Es co-fundador del diario Loreto Gráfico. Fundó el Círculo de Periodistas Deportivos en Iquitos.
En 1966 es fundada, en Iquitos, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú. Como reconocimiento a su extensa labor, Navarro Cáuper es nombrado presidente Honorario Vitalicio. Ese mismo año, cumple sus Bodas de Oro por su trayectoria periodística, siendo agasajado por el Centro Federado de Periodista del Oriente.
En 1979 cae enfermo. En su lecho de dolor sigue escribiendo, su pasión por escribir lo llevó hasta el final de su vida. Fallece el 10 de octubre de ese mismo año, a las 10 a.m. en Iquitos dejando su legado a Loreto. Su tumba se encuentra en el Cementerio General “El Arcángel” de Iquitos. Durante años, Alfonso Navarro Cáuper dedicó su vida para luchar por los derechos humanos; difundió la cultura amazónica través de sus obras. Sus trabajos abarcaban todos los aspectos de cualquier acontecimiento que recogiera la bella ciudad de Iquitos, lo que caracteriza a sus obras.
Siempre acostumbraba llevar un diario personal para anotar cualquier suceso. Cuando empezó a escribir en Loreto Gráfico, Navarro Cáuper estuvo influenciado por su mentor Jenaro Herrera. Su talentoso trabajo influenció a la juventud loretana, sencillamente y eventualmente confundidos por su propio futuro, tenía pego por la juventud con quienes platicaba amenamente. Es considerado como el icono cultural del periodismo en Loreto. Algunas de sus obras más conocidas son: “Efemérides Amazónicas” (1956), “Pintores de la Amazonia Peruana” (1966), “Sobre la fecha de fundación de Iquitos” (1961), “Origen del nombre de las calles de Iquitos” (1964), “Aportes sociales, culturales y artísticos”.
REFERENCIA:
• Navarro Cauper, Kanatari, 950, Un pasado que revive, diciembre, 2002.