Por: Duller M. Vásquez G.
El epígrafe se refiere a un asunto grave para la situación futura de Loreto, el Departamento más extenso del país, el más abandonado en la ´política de desarrollo por el Estado, el más atacado y agraviado por la enajenación de gran parte de su territorio durante toda la vida republicana, el más pobre no solo económicamente si no culturalmente por su condición de dependencia estatal, que le condena a sufrir otros males, como el incremento de la explotación prepotente o deshonesta de las riquezas naturales de su territorio, por empresas extranjeras, estatales y particulares, dejando más pobreza y destrucción del ambiente en zonas de poblaciones nativas, la delincuencia en las calles, violencia familiar, la trata de personas, etc.; producto de la carencia de valores en la instrucción y educación de una sociedad sin rumbos claros y egoísta, en la que no existe la filosofía de unidad, fraternidad, hermandad y trabajo en equipo, para así lograr el verdadero desarrollo social y democrático que se anhela.
El concepto de asunto grave de la referencia, concierne a la disposición del gobierno de llevar a cabo las acciones de entrega de territorio loretano a Ecuador en Saramiriza y Pijuayal como lo confirman las declaraciones que hizo un funcionario estatal, en una entrevista periodística, entre ellas. «Hay que mirar estos asuntos con una visión amplia, de largo alcance y no con mentalidad de campanario». Esta frase tiene varias acepciones; sabemos que el término Mentalidad significa la disposición o capacidad de una persona o una colectividad para pensar o juzgar los hechos con acierto o no, es el modo de pensar y vivir de una persona, un grupo o una comunidad, ¿Cuál es el modo de pensar y de vivir en nuestra comunidad? Esta situación viene desde mucho tiempo atrás, tiene que ver con la política de Estado que imponen la clase política y el poder económico del país, que depende dicho sea de paso del poder económico universal, y mantiene al pueblo al margen de los conocimientos fundamentales para su desarrollo y tenga un mejor porvenir existencial. Me acuerdo de un compañerito de clases en primaria de apellido Chumbe, era el más pobre del salón y asistía a clases con su camisa y pantalón con varios parches y descalzo, pero eso sí, bien limpio y peinadito, y su ropa bien planchada. Después de dos años y ya en la secundaria volví a verle y me causó una gran impresión y desconcierto, al encontrarle con su tablerito de dulces frente a un cine, y pensé, ¡Cómo es posible que después de ser el primero en la clase, sacar las notas más altas en todos los cursos, ¿esté vendiendo dulces?!, Por qué el Gobierno no hace Colegios para que la gente pobre que no tiene dinero para uniforme y zapatos, pueda seguir estudiando y tener un mejor porvenir? Más tarde comprendí que era el sistema político impuesto en el país, el responsable de esta situación, para el beneficio de una minoría y la desdicha de una mayoría, al que se le distrae con celebraciones y fiestas banales, conciertos de música pop, punk y otras denominaciones extranjeras, con la presencia de artistas de fama donde consume licor la juventud mayormente, programas de televisión en su mayoría poco ilustrativos y educativos culturalmente, la propaganda intensa a clubs de futbol, mediocres y mal organizados de Lima, con ídolos no ilustrados y con pies de barro para este deporte, es decir; se realiza una política de «pan y circo», como remedo de la política de la Roma antigua. Por otra parte, campanario es el lugar situado en la parte más alta de la torre de una iglesia, —antes de la cruz en la cúspide— donde están colocadas las campanas y desde donde se observa todo el contorno del panorama de un pueblo. Quizás el autor de la frase se refiere al campanero que toca las campanas en forma un tanto autómata por la costumbre de su misión, pero; el campanero más famoso universalmente es «Cuasimodo», el personaje estrella de la película «El jorobado de Notre Dame», de la novela de Víctor Hugo, «Nuestra Señora de París», la catedral donde el autor ubica a su personaje jorobado, deforme, pero dentro su fealdad reside un alma bello, sencillo, generoso y valiente, que salva de la muerte a Esmeralda, la heroína de la obra. En los pueblos de antaño, las campanas tañían en forma triste por la muerte de una persona, doblaban broncas ante sucesos graves o un peligro inminente y repiquetean jubilosas, ante acontecimientos festivos. Las marchas de protesta de un pueblo, en el que intervienen delegaciones de instituciones o entidades diversas, oficiales y particulares, son campanadas que denuncian, graves irregularidades o medidas aleves contra ese pueblo y anuncian, decisiones de lucha contra estos errores, para corregirlas o anularlas, aun ante declaraciones de quienes entienden mal el doblar de campanas, o lo tergiversan. adrede. También se supone que con la frase antedicha se refute un artículo periodístico de Jerges Bocanegra, sobre la defensa del territorio de la Amazonía peruana titulada, «Por quién doblan las campanas», cuyo título es tomado de la novela del mismo nombre, del escritor norteamericano, Hernest Heminway, sobre la guerra civil española.
También se dice que con la entrega de un área de 150 hectáreas por 50 años renovables al Ecuador, para Centros de Comercio y navegación al Pijuayal y Saramiriza, se conseguirá en primer lugar la paz y el desarrollo en la zona; surge la pregunta, y otras más, los países vecinos han conseguido la paz y el desarrollo en sus fronteras, ¿con la entrega de territorio en cumplimiento de tratados firmados con alevosía?. Algunos gobernantes son fieles cumplidores de tratados desfavorables al país, uno de ellos declaró jactanciosamente, «El Perú es fiel cumplidor de Tratados con los Países…», pero no son fieles en exigir a otros países el cumplimiento de tratados que de alguna manera le habrían favorecido, como el Tratado de Ancón, con Arica en el sur, y el Protocolo de Rio de Janeiro, con el cierre definitivo de la frontera en la «Cordillera del Condor» en el norte, que dejaron espacios para mayores ataques en su territorio, porque no están reforzadas con «fronteras vivas». Pero el pueblo, en su ignorancia de asuntos políticos, todos somos ignorantes de algo, es también inteligente y a veces sabio, para resolver los problemas de la comunidad, y las acciones correctas que se realicen a partir de ahora, serán en beneficio de las generaciones futuras, pues vivirán en una región libre y autónoma.