-A propósito del día del orgullo gay
Por: Luís Roldán Ríos Córdova rioscordova2010@hotmail.com
Es preciso aclarar que esta opinión no pretende ser discriminativa, ni tiene la intención de orientar a la opinión pública hacia actitudes homofóbicas. Los queremos como son, pues, toda persona merece respeto a su dignidad de ser humano, por tanto lo único que queda en aras de la convivencia armoniosa es estar en paz con el gremio y como dice el refrán: «si no puedes vencer al enemigo, únete a él». O por lo menos no hay que decir, de ésta agua no beberé. Tampoco voy a tocar el tema bajo cualificaciones científicas o legales que licencia no poseo ni he de merecer tenerlo, que de lo dicho, justo ha de ser expresar sin ofender en cuanto al derecho de unirse en matrimonio y por extensión adoptar niños para criarlos y educarlos, únicamente atravesaré el terreno de la lógica simple, del sentido común, y del derecho establecido en lo que nos parece normal como moral pública para aceptar o no la exigencia sin límites púdicos ni legales que, sin quererlo, nos conduce por terrenos del dilema entre el derecho común y el derecho particular. En este caso el derecho de la sociedad dentro del cual- para dejarme entender salvaguardando posibles hernias cerebrales- está la bien ganada lucha pendenciera entre el derecho de los homos y el derecho de los niños, es decir, un conflicto que se encierra entre la validez del derecho no natural de los homosexuales versus el derecho natural de los niños.
Si bien es cierto que aceptamos las preferencias sexuales tomadas como uno de los ingredientes que nos acerca a la felicidad, considero que debe quedar delimitado por la discreción, refugiado en cuatro paredes o protegido por la razón en uso del concepto de respeto por la libertad de unos, ligado inseparablemente al respeto a la libertad de otros.
¿La lucha del homosexual por sus derechos, tiene en cuenta los derechos del niño? Parece que no. Se olvida que nuestros derechos terminan donde comienza el derecho de los demás y en este caso los demás son los niños.
Mi preocupación es que así como el gremio está exigiendo derechos a la no discriminación, también están exigiendo derecho al matrimonio, conquistando eso seguramente por extensión van a exigir, desde luego, el derecho a la adopción de niños para criarlos como hijos. Esto es preocupante, a mi entender ¿Cómo defenderemos la integridad emocional y conceptual de los niños que en el futuro estarían siendo adoptados por matrimonios homosexuales, frente al concepto tradicional de hogar como manda la naturaleza?
Entiendo que el derecho nace de la naturaleza o de lo natural, el ser humano como ser racional lo expresa a través de leyes, los animales lo hacen a través de códigos que se cumplen a través del comportamiento instintivo, de modo que va a ser bien difícil ver a una gallina lesbiana dirigiendo un corral y cantando como el gallo, no obstante que la gallina podría tener derecho a dirigir un corral y para ello debería tener el derecho a sentirse muy gallo y actuar como tal, como también será muy difícil ver un gallo gay que sintiéndose bien gallina se pone a incubar huevos y conducir a los pollitos adoptando modales y costumbres de gallina.
Pero no, como las leyes y la moral nacen de la naturaleza, eso no ocurrirá. Lo natural no es aprendido, lo que es aprendido es lo que surge de ello, de ahí que haciendo mal uso de la cultura, hacemos dispendio de la libertad sometiéndolo a descontroles y abusos que el hombre como ser pensante y caprichoso llega a pervertirlo hasta reclamarlo como derecho.
MATRIMONIO HOMOSEXUAL ¿SOLUCIÓN PARA NIÑOS ABANDONADOS?
En el cercano futuro, ¿La adopción de tantos niños abandonados por parte de hogares homosexuales sería la más humanitaria solución a este problema social?
¿Qué será peor, un niño abandonado en la calle o un niño adoptado por homosexuales?
Esta ha de ser la interrogante más patética que podríamos enfrentar en un futuro no muy lejano si el gremio sigue ganando terreno no obstante que son minoría ¿O ya no lo son?…
¿Puede un homosexual varón adoptar niños realmente con instinto maternal? No lo creo, podrá hacerlo con sentido humanitario, quizá, pero nunca con instinto maternal. Lo juro.
En estos casos, ¿No tomará otro camino el sentido humanitario de la adopción cuando el patito feo se convierta en hermoso cisne? ¡De novela!
¿Qué pasa si las parejas de homosexuales mujeres cambian el sentido humanitario de la adopción cuando la niña adoptada se convierte en hermosa doncella? ¡Mama mía!
¿Quién garantiza que no se adoptaría con segundas, terceras y quintas intenciones? ¡Puñales!
De todas maneras, ¿En qué quedará, incluido sus defectos, el concepto de ese hogar natural, con papá y mamá? ¿Esos niños, qué concepto tendrían de la sociedad, de la religión, de la naturaleza, de la vida o de Dios?
Llegado el momento de las adopciones puede ocurrir algo como éste caso, el caso de una pareja de homosexuales varones que adopta un niño y un día estando duchándose junto al pequeño, el niño observa al papá de pies a cabeza y dice: «Papá, qué grande tienes el pene» y él contesta: «Eso que no has visto de tu mamá»… ¡Ave María!
Estoy de acuerdo a seguir la corriente de la modernidad, pero con límites, aunque yo diría que solteritos están mejor, ¿para qué quieren complicarse la vida? El problema es la herencia de los bienes en caso haya viudez, dicen, argumentan algunos que no es justo que habiendo sido expulsado de la casa por su homosexualidad, al morir, tenga que dejar sus bienes a quienes lo echaron del hogar por ese motivo y no al que le quiso y le comprendió. Razonable. El problema es que nos entrenemos sólo en el derecho de los homosexuales, las protestas, el orgullo gay, nos distraemos en dilucidar razones, adherencias o rechazos. ¿Discutimos el derecho de los niños en éste contexto? No ¿verdad? ¿Qué dice a todo esto el Colegio de Psicólogos? Puchiquita…su silencio me ensordece.
Ya veremos, y no se necesita ser adivino, cuando se normaliza el matrimonio homosexual, no tardarán en exigir el derecho a adoptar niños. Creo que eso sí sería la entrada triunfal del fin de la familia como tradicional sustento y custodio de la moral trayendo consigo el ocaso de la sociedad. Entonces será normal ver a parejas homosexuales muchos de los cuales vendrán de otros continentes para adoptar niños abandonados, seguramente vendrán en busca de un niño colombiano, peruano, venezolano y de todo lo que termina en ano.